Entran a vivir en el Ofimático las primeras siete familias de Cofuncovi

Tuvieron que esperar casi once años para hacerlo, pero ayer y con una sonrisa en el rostro, pese a todo, entraron por la puerta de sus casas “ofimáticas” las primeras siete familias. Son de la cooperativa Cofuncovi, la más numerosa de todas con 70 propietarios en nómina, que irán entrando poco a poco, según se lo vayan comunicando sus representantes. 

Y es que hasta la firma de las escrituras se ha ralentizado en el tiempo. Lo que iba a empezar antes de carnavales se pospuso hasta pasadas las fiestas porque, entre otras cuestiones, el banco tuvo que cuadrar números y entre el papeleo y ponerse de acuerdo con la notaría se añadieron más días a una espera que para siete terminó ayer mismo. Por la mañana, los firmantes pasaron rápido los papeles que los convirtieron en dueños y señores de los cerca de 90 metros cuadrados dispuestos en una vivienda de tres habitaciones, con trastero y dos plazas de garaje. 

La semana que viene irán los siguientes. Para entonces, desde Cofuncovi esperan tener listos los ascensores, en los que les falta instalar una línea móvil, obligatoria en la actualidad por ley para ponerlos en funcionamiento. 

Hasta ese momento, la mudanza se presenta como una tarea complicada. Sin embargo, contaron los primeros en instalarse que a estas alturas de la película, el subidón psicológico está por encima de todo y ayer por la tarde comenzaron a mover bártulos para trasladarse lo antes posible a una casa que lleva más de un año terminada. 

La cooperativa Cofuncovi fue la segunda en salvar los obstáculos con las distintas administraciones para conseguir la licencia de primera ocupación en diciembre y la calificación definitiva por parte de la Consellería de Vivenda, el pasado 22 de febrero. Uno días antes, lo hicieron los de A Carnocha, que esperan desfilar ante el notario sobre el 15. Ese es el segundo turno citado también por Cofuncovi. 

El Parque Ofimático dejará así de ser un barrio de 600 farolas y ningún residente. En las próximas semanas, los 25 de A Carnocha y los 70 de Confuncovi sumarán casi cien familias viviendo en la avenida de las Fresas de Eirís y en la calle de Xosé Leste Meis. 

Toneladas de ilusión
Rubén Mosquera no lo dudó y por la tarde subió unos cuantos colchones, unas potas y unas sartenes. Llevaba esperando ese instante desde que tenía 23 años y no quiso posponer más la primera noche. Para ello, el que ahora pasea 34 primaveras llevó leche y agua, lo esencial para sobrevivir entre cuatro paredes a las que también trasladó “toneladas de ilusión”, lo que menos pesa de toda la mudanza. 

De momento, no tiene muebles. Solo unas sillas para sentarse a la mesa en la cocina y disfrutar del desayuno más dulce. Para Rubén, lo que vivió ayer fue “un sueño hecho realidad, un objetivo cumplido y una alegría tremenda”. Ahora todo irá mejor porque la vida que un día pensó tiene ya el escenario imaginado. Atrás queda, por fin, todo lo malo.