El “tsunami”, un compañero vital para comprender

El “tsunami”, un compañero vital para comprender
Fotografía de archivo de María de Villota. EFE/Archivo

La ola, siempre la ola, la omnipresente ola... y el tsunami existencial de cada uno. Porque “no hay vidas sin tsunamis” ya vengan con agua o por otros derroteros. La metáfora de María Belón, la protagonista real de la película “Lo imposible”, fue un cierre de oro para el congreso “Lo que de verdad importa” pero, pese a ser broche, también fue hilo conductor de la jornada.

La superviviente de la gran ola que asoló Tailandia en el 2004 contó su experiencia, que intercaló con imágenes de la película, emocionada en muchos momentos y entre los aplausos de unos 1.500 estudiantes que ayer aprendieron y comprendieron mucho más de lo que se aprende en las aulas. “El 100% tendréis algún tsunami en la vida”, les advirtió Belón.

De momento, lo que tuvieron es una experiencia de aprendizaje de valores que Felipa Jove, presidenta de la Fundación Lo que de verdad importa en A Coruña y de la Fundación María José Jove, se encargó de elogiar en la apertura del evento. “La sociedad actual está en crisis, también de valores”, señaló antes de pedir a los chicos que aprovecharan cada palabra de “superación, esfuerzo, lucha, amor o responsabilidad”.

El presidente de la Diputación y el concejal de Educación, Deportes y Juventud de A Coruña, Diego Calvo y Francisco Mourelo, respectivamente, embebidos del espíritu de búsqueda de lo realmente fundamental pidieron lo mismo.

 

aplicar lo aprendido

“El año pasado estuve aquí y pude apreciar que en el hilo de mi vida faltaban cosas y me propuse rellenar esos huecos”, confesó Mourelo. Algunos se quedaron sin esa posibilidad, pero presumió de que ahora cada página de su experiencia vital se escribe “sin olvidar líneas”. Incluso Calvo y la conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato –que resaltó que su departamento está “volcándose en crear nuevas oportunidades” para los jóvenes–, llamaron a una profunda reflexión.

A esa reflexión que les planteó la piloto de Fórmula 1, María de Villota, todo un ejemplo de superación tras ver truncado su sueño de correr en un monoplaza en julio del año pasado, o a esa reflexión que les propinó el rapero  Haze a partes iguales entre versos de cruda realidad y palabras sin rimar salidas de una chuleta.

La empatía no tardó en llegar, con ninguno de los dos invitados –tampoco con María Belón–, puesto que todos hicieron algún guiño a la grada. Como cuando De Villota dijo que quería ser piloto  desde que era una cría y que  “todos pensaban que estaba un poco loca”, pero su ansia de superación la catapultó a la élite.

Y fue precisamente cuando aterrizó en la categoría reina cuando el destino le planteó una carrera difícil que también ha sabido superar. “Yo he llegado a sentir ese trágame tierra de no quiero estar en este mundo”, contó cuando erró en algun premio, pero fue antes de comprender lo que de verdad importa de la forma más dura.

 

la experiencia, presente

Tras hablar de los momentos en el hospital y de las discusiones con el médico por la pérdida de su ojo derecho, la piloto –que acumula destacadas hazañas como la de ser la primera mujer que hizo las pruebas de piloto para McLaren– confesó que cuando le volvieron a permitir subir a su utilitario se emocionó.

Lejos de huir de la Fórmula 1, su trayectoria seguirá ligada a ese deporte como miembro de la comisión de la FIA o como baluarte de las mujeres que quieran seguir sus pasos en la misma organización. Pero su otra pasión desde ya es la colaboración en distintas obras solidarias.

Esos pasos son los que sigue también Haze, que tras su exposición lo mismo lidió con preguntas serias como con algunas propuestas amorosas. A medio camino entre el rap y el discurso, Haze contó que entró en el mundo de las drogas, que acabó en prisión por un delito menor y que, tras un mes y un día entre rejas, reflexionó sobre el camino que debía tomar su vida. Con problemas como los de los demás para pagar la hipoteca y una llamada a actuar en A Coruña, Haze hizo suya la lucha de amigos que se fueron quedando en el camino por no saber salir de las drogas.   

Arrancó los aplausos más fuertes porque los jóvenes, lejos aún de tsunamis existenciales, se sintieron más identificados con él. Falta que apliquen las enseñanzas fuera de un auditorio.

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