El suceso conmocionó a los vecinos de la zona, que ya se habían quejado

El suceso conmocionó a los vecinos de la zona, que ya se habían quejado
E

Pasado el primer momento de conmoción, la caída de la grúa resultó ser el tópico de todas las conversaciones de las calles cercanas al solar de Pérez Cepeda. A muchos, la caída de la grúa les había cogido en sus hogares o en sus tiendas y el estruendo en un principio fue difícil de identificar. “A mí me pareció que había sido un ruido como de un mueble, pero uno muy grande, que se había caido”, explicaba una mujer. A su marido le pareció el desplome que había sonado “como de cacharrería”, pero no lo habían relacionado directamente con la obra hasta que salieron a la calle.

Entonces muchos se enteraron de que el estruendo provenía de la obra. A pocos les extrañó: “Recuerdo cuando comenzaron con los barrenos, porque ese edificio tienen varios niveles de garaje. Era un sobresalto continuo”. Muchos vecinos entonces denunciaron las grietas que habían aparecido en sus casas a consecuencia de la onda expansiva. Incluso en las calles cercanas se podía ver que el quicio entre las aceras y los edificio se había separado, y que en algunos casos se había hundido. Según los vecinos, todo es debido a las obras de esta promoción, cuyo solar lleva ya años en construcción y que no les ha dejado de causar molestias desde entonces. Algunos apuntan a la necesidad de formar una asociación de vecinos para exigir al Ayuntamiento que actúe en este sentido.

 

Invitación > Por lo menos ayer, el gobierno local dio un paso en este sentido invitando a los vecinos del número 31 de Calvo Sotelo a comer. Dado que no podían hacerlo en sus casas hasta que pasara la emergencia, fue el Ayuntamiento el que se hizo cargo de la cuenta de la comida de un establecimiento cercano.

Afortunadamente, la sobremesa pudieron disfrutarla en sus casas, una vez les anunció la Policía Local que ya podían regresar a ellas una vez retirado el precinto que les impedía acceder al portal. Una vez devuelta en el hogar, muy pocos pudieron evitar la tentación de echar un vistazo a las ventanas que daban al solar donde las autogrúas todavía seguían desmontando la estructura metálica de la base de la pluma.

El suceso conmocionó a los vecinos de la zona, que ya se habían quejado

Te puede interesar