El reciclaje de residuos en Nostián aumentó un 10% en solo dos años

La planta de tratamiento de residuos de Nostián mejora sus ratios de reciclaje poco a poco, o al menos así lo aseguró ayer el concejal de Medio Ambiente, Enrique Salvador. El edil cifró en un 10% el aumento del tratamiento sostenible de las basuras en los dos últimos años. Sin embargo, tal avance podría estar en peligro si Albada –la empresa concesionaria del servicio– y los trabajadores de la planta no llegan a un acuerdo sobre el convenio colectivo, algo para lo que el Ayuntamiento no ofrecerá mediación.
Preguntado sobre la fase en la que se encuentra la auditoría de Nostián, el edil recordó que hay un gran desequilibrio “porque la concesión de 12 años empezó como empezó” e insistió en que el estudio va a su ritmo debido a que hay que mejorar la vertiente económica pero también la relativa al reciclado efectivo de los residuos.
A este respecto, Salvador concretó que la planta ya trata de forma adecuada “un poquito más del 56%” de las basuras que llegan a la instalación. “En los dos últimos años se ha mejorado mucho”, subrayó. Achacó este paso adelante en la sostenibilidad y el respeto por el medio natural a la entrada en funcionamiento de “una nave de automatización que permitió incrementar el reciclado en cerca de un 10%”.
Sin embargo, no está claro que la dinámica siga siendo la misma o así lo denunció ayer el presidente del comité de empresa, Xosé Manuel Vilariño, ante la Federación de Asociaciones de Vecinos de A Coruña y Área Metropolitana el pasado martes. De hecho acusó a Albada (la concesionaria) de querer “desmantelar a planta” e insinuó que si no se llega a un punto de encuentro respecto al convenio hay “perigo de que haxa modificacións do servizo e folgas”.
Tras conocer las declaraciones, Salvador reconoció que el hecho de “que el comité ponga delante a los vecinos es un aviso que no deberían hacer” y defendió que “la huelga sería la última opción”. No obstante, el edil descartó intentar evitarla estableciendo un diálogo entre ambas partes porque “el Ayuntamiento no es un organismo mediador en conflictos”.
El objetivo, desde fuera, será “que lleguen a un acuerdo fructífero y que no se produzca ninguna incidencia para los vecinos” porque, afirmó, empresa y plantilla deben tener en cuenta el momento actual.