El movimiento 15-M proyecta “resucitar” mediante asambleas en los centros cívicos

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  abel peña > a coruña

  El reglamento de los centros cívicos municipales podría cambiar de aquí a un mes. Eso es lo que esperan en el área de Servicios Sociales, donde ayer se reunieron los responsables de estas instalaciones, así como de su programación. La idea es que, a raíz de la modificación del reglamento, cualquier individuo pueda solicitar el uso de una sala de estos centros, algo que por el momento está reservado a las asociaciones. Una de las primeras consecuencias que tendría este cambio en la reglamentación sería que las asambleas de barrio del 15-M puedan celebrarse bajo techo cuando llegue el mal tiempo. Por el momento tienen lugar al aire libre, como la que reunió a una docena de personas ayer en la plaza de Azcárraga, y que fue la primera reunión que tuvo lugar en la Ciudad Vieja.
El director de Servicios Sociales, José Luis Quintela, explicó que en María Pita se recibió la solicitud del 15-M para usar los centros cívicos el pasado mes de agosto, cuando la administración pública funciona bajo mínimos. Ahora que la actividad ha vuelto a los niveles normales con el mes de septiembre, Servicios Sociales está tratando de ponerse al día. “En realidad, no existe ningún problema, lo que hay es un proceso, con una tramitación, que lleva su tiempo”, apuntó el director.
La presentación del nuevo reglamento  la hará Miguel Lorenzo, el concejal del área, cuando haya sido aprobado pero, de momento, lo que se sabe es que establecerá un orden de prioridades para usar el espacio de los centros cívicos. El primer puesto en este orden lo ocuparán las actividades del programa municipal, seguido de la las asociaciones de vecinos, otras asociaciones y, finalmente, las reservas a título individual, epígrafe bajo el que se encuadraría al 15-M.

Extraoficial > Y es que este movimiento se niega a tomar cuerpo jurídico, como podría ser el de una asociación y, aunque cada vez están más organizados, se articulan de una manera extraoficial, sin más directrices que las necesidades del momento y el lugar. A veces cuentan con la colaboración de colegios o asociaciones de vecinos que les ceden sus espacios para que puedan reunirse allí. Ya son cuatro las asambleas de barrio que se han implantado en A Coruña (Palavea, Monte Alto, Agra do Orzán y, desde ayer, Ciudad Vieja) y se han expandido del 15-M en Oleiros, Arteixo, Cambre, y Betanzos.
La labor de estas asambleas es doble: por un lado, tratan de crear un espacio donde debatir temas de actualidad que afectan a la ciudadanía, como la reforma constitucional o de la ley electoral, que rechazan por considerar que limitan los derechos de la ciudadanía y sirven a los intereses de las instituciones financieras.
Por otro, tratan de identificar los problemas de cada barrio y encontrar soluciones para ello: “En Agra do Orzán, es que es uno de los que están más densamente poblados de España, y tiene un importante colectivo inmigrante y el pequeño comercio está cerrando sus puertas”. En cambio, la Ciudad Vieja no tiene una población inmigrante que integrar, pero el pequeño comercio también es allí (como en toda A Coruña), una asignatura pendiente).
“También queremos que se recuperen los espacios públicos”, añaden los activistas. De ahí que pidieran poder emplear las instalaciones municipales de los centros cívicos: “Porque también son un espacio público, no estamos hablando solo de la calle”.
En esta búsqueda no siempre han contado con la complicidad de las autoridades. En agosto, en Cambre hubo una confusión sobre unos toldos que pensaban instalar en el Campo de Feira cuando el Ayuntamiento les reclamó unas tasas que ascendían a 5.000 euros como si fueran comerciantes que fueran a montar un mercadillo. La confusión se solucionó, pero desde el 15-M persisten en la idea de que existen espacios desaprovechados en la ciudad que piden a gritos su apertura.
“Por ejemplo, en Palavea tenemos un centro escolar cerrado con un pabellón deportivo que los vecinos podríamos utilizar –señala un miembro de la asamblea de ese barrio– y los chicos tiene que saltar la valla para jugar”.


 

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