El fiscal pide 26 años para el hombre que disparó a su expareja frente a la Domus

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 a. barbadillo > a coruña
 La Fiscalía ha formulado ya acusación contra el hombre que en junio del año pasado disparó contra su esposa y una de su hijas en el entorno de la Domus, cuyo juicio está previsto que se celebre a principios de año en la Audiencia Provincial. Además de atribuirle dos homicidios en grado de tentativa, lo culpa de varios delitos de malos tratos en el ámbito familiar y de tenencia ilícita de armas, por los que, en total, reclama para él una condena de 26 años de prisión, además de órdenes de alejamiento de su familia vigentes durante 35 años y la pérdida de la patria potestad respecto a sus tres hijas menores de edad por tres décadas. Porque, según las conclusiones de la acusación pública, los disparos que llegaron a alcanzar a la que había sido su esposa desde 1994 en la cara fueron el último de los ataques que soportaron la mujer y sus hijas. En el informe que el fiscal ha remitido a la Audiencia se hace mención a varios episodios concretos de malos tratos, el último de los cuales dio pie a la orden de protección que tenía vigente la víctima cuando fue tiroteada. Ocurrió, según la denuncia, en marzo de 2010 en el domicilio en el que convivían cuando, en el curso de una discusión, el marido le dio una bofetada en la cara, por la que tuvo que recibir asistencia médica.

Regalos > A raíz de este hecho, el juzgado prohibió al ahora acusado residir en el domicilio común o comunicarse con su esposa. A pesar de esta orden, señala el fiscal que el hombre contactó dos veces con su víctima en el mes de junio para citarse con ella, con el pretexto de hacerles regalos a sus hijas. La primera vez, la pareja y las niñas se encontraron en la plaza de Pontevedra, y él les entregó 50 euros a cada una de las niñas; dos días más tarde, volvieron a acordar un encuentro familiar, esta vez frente al edificio de la Domus.
El acusado ha reconocido que su intención era regalarle un teléfono móvil a una de sus hijas y, en efecto, cuando apareció llevaba en la mano una bolsa de papel con el teléfono. Pero, tal como reconstruye la Fiscalía, también llevaba una pistola semiautomática, que sacó cuando se encontraba a unos diez metros de sus familiares, y con la que apuntó a su exmujer a la cara.
Después del primer tiro, y siguiendo la versión que ofrece el Ministerio Público, comenzó a perseguir a su hija, que había echado a correr, y volvió a accionar el arma “con la intención de matarla”. No la alcanzó, y la bala quedó incrustada en el piloto trasero de un autobús escolar estacionado en la zona.

Trayectoria > Entretanto, la madre de la menor se había desplomado al recibir el impacto de la bala. Con ella, cree el fiscal que el tirador también pretendía acabar con la vida de su familiar, algo que no ocurrió porque el proyectil le atravesó la cabeza, pero sin alcanzar ningún centro vital: entró por el pómulo y salió por detrás de su oreja derecha, en la zona cervical, causándole importantes daños en la mandíbula, el maxilar y la órbita ocular derecha.
Su curación se demoró 130 días, de los cuales siete fueron de hospitalización y, como secuelas, la víctima conserva una asimetría facial y cicatrices de 13 y un centímetros en la zona retroauricular y en el rostro. Además, los daños en el nervio facial le causan dificultades para masticar y para la articulación mandibular. Por todo ello, el escrito de acusación contempla en su favor una indemnización de  43.000 euros.

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