El coruñés Xavier Muíños se escapa con la luz desde la galería Arte-Imagen

El coruñés Xavier Muíños se escapa            con la luz desde la galería Arte-Imagen
en la exposiciã³n se puede ver la variedad de la paleta del artista en los paisajes que representa quintana

Xavier Muíños se escapa con la luz. Lo hace en las 14 piezas que presenta desde ayer en la galería Arte-Imagen y lo lleva haciendo desde siempre. Hipnotizado por la paleta de verdes que respira en la Ribeira Sacra, copia la técnica de los impresionistas para ir sumando tonalidad tras tonalidad a composiciones que se refugian en el interior o curvean por el río Miño. Sin embargo, la exposición es novedad y deja ver su primera incursión en el paisaje urbano. Cuando se hace de noche y las luces parecen dibujar notas musicales en el aire.

aunque la figura humana apenas está, se intuye en los objetos y                 deja como una especie de poso


Él las atrapa con el pincel y aparece el primero de sus retratos sobre A Coruña. Con la Domus de fondo y pequeñas siluetas. Que son personas en la ventana o sobre el asfalto. Pero con una presencia poco marcada. Pasa que es en este punto donde Muíños enseña al mundo sus influencias del hiperrealismo. Y la figura desaparece pero se intuye. Es igual que en los interiores, donde los objetos hablan de las personas: “Hay como un poso”.
Después están los cuadros que salen de la Ribeira Sacra. Cuando es otoño y los ocres se aparean con los verdes. Y el pincel de Xavier echa humo: “No intento ajustarme excesivamente a los colores de la realidad”. Es por eso que el artista huye con la paleta. Se la lleva a un rincón de la imaginación y le quita las esposas. Las tonalidades pululan libres.
Y con la misma intención, el creador se refugia en el estudio a recoger la luz de su ciudad. Que conoce al dedillo pero que es muy caprichosa. Muíños dice que además de que son pocas las horas donde A Coruña flota con claridad sobre el Atlántico, ese tiempo es cambiante. Y la luz rápidamente enseña otro matiz.
El próximo reto del pintor es atrapar la atmósfera coruñesa. Tan difícil de conquistar. De ahí que muchos artistas que vienen de fuera se van con fotos de A Coruña y una vez en su lugar de origen no son capaces de hacerlo. Y la pintan rodeada de una luminosidad falsa. A sus 58 años, Xavier decide dar un paso más. Y asegura que después de la serie urbana, cogerá a la paleta por banda y con las variedades que ofrece se introducirá en la abstracción. Para insinuar el paisaje gallego de otra forma. Distinta de lo que viene haciendo hasta ahora.
Los coruñeses tienen hasta el 18 una oportunidad para llevarse de paseo a los verdes de la Ribeira Sacra, cotillear en la vida de otros –reflejada en bodegones personales– y ver A Coruña. Representada por los “Do” y los “Re” que él ve en el momento en que se encienden las farolas.

El coruñés Xavier Muíños se escapa con la luz desde la galería Arte-Imagen

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