El Colegio de Farmacéuticos asume como “una responsabilidad” el apoyo al catálogo

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  Mientras continúa el tira y afloja entre la Xunta y el Gobierno sobre la aplicación del catálogo de medicamentos genéricos, las boticas coruñesas se preparan para aplicar el modelo de la Consellería de Sanidade, después de que el Tribunal Constitucional levantase la suspensión a finales del mes de junio.
Pese a las innumerables críticas de algunos representantes del sector por la pérdidas que supone  la prescripción de genéricos en lugar de medicamentos de marca, desde el Colegio de Farmacéuticos de A Coruña se muestran más comedidos y consideran que es una “responsabilidad social” apoyar   cualquier medida de ahorro en el gasto sanitario.
“En un momento de crisis como el que estamos viviendo hay que contribuir a hacer el sistema sostenible, por lo que asumir el catálogo no es una meta, es una responsabilidad”, indicó el portavoz del Colegio, Antonio Torres,  quien matizó que no solo los farmacéuticos, sino todos los sectores implicados deben “comprometerse con las medidas de ahorro”.
“Es verdad que hay que reducir el gasto en medicamentos, pero también se debe de poner en marcha otras fórmulas más amplias, como buscar un uso responsable y eficiente de los servicios de urgencias, por ejemplo”, sugirió el colegiado coruñés, quien añadió que “hay que buscar una buena gestión de los recursos sanitarios desde todos los puntos”.
Según Torres, la principal queja del sector farmacéutico coruñés no es tanto la reducción de la facturación, que se cifra entre el 10% y el 30%, como la falta de tiempo para responder a las nuevas demandas de genéricos. “Bajadas en los ingresos sí que hay desde el momento en que a un medicamento se le asigna un precio menor, pero nuestro principal problema es la adaptación de los stocks”, explicó Torres.

Mentalizados > Una adaptación que también afecta a los pacientes coruñeses que se van concienciando, en mayor o menor medida, del cambio introducido en las prescripciones médicas.
“La gente ya está mentalizada en pedir el genérico, porque piensan que es más barato, aunque de todas formas hay bastantes pacientes que dicen que no les va igual un medicamento que otro”, explicó Antonio Torres.
Las personas de la tercera edad son, con diferencia, el grupo de usuarios con mayores dificultades a la hora de adaptarse al nuevo sistema. “Hay que tener en cuenta que la gente mayor está acostumbrada a tomar las pastillas de un determinado color o con una caja concreta, por eso les cuesta más”, afirmó colegiado.
Respecto a los medicamentos sin prescripción médica, los coruñeses siguen confiando en las marcas “de toda la vida”, aunque en muchas farmacias ya han comenzado a notar una subida de los clientes que demandan medicinas por el principio activo.
“Es verdad que hay personas que antes te pedían Termalgin y ahora ya preguntan por paracetamol, por poner un ejemplo”, comentó Torres.
Sin posicionarse a favor de la propuesta del Ministerio de Sanidad, que quiere recetar los medicamentos por principio activo que sean más baratos, o del catálogo de la Consellería de Sanidade (un listado de genéricos al que los médicos deben ceñirse para recetar), el Colegio de Farmacéuticos pide que se tenga en cuenta la posibilidad de que los pacientes puedan pagar la diferencia que hay entre los genéricos y la marca que ellos estén habituados a usar, cosa que hasta el momento es inviable.


 

El Colegio de Farmacéuticos asume como “una responsabilidad” el apoyo al catálogo

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