11º-14º
jueves | 25 abril | 2024
No se trata de ejemplares únicos pero tienen la condición de joyas. Traídas con lazo desde Valencia para la ocasión, el espectador tendrá ante sí la filmografía entera de García Berlanga en el CGAI después de un trabajo de recuperación llevado a cabo por IVAC, la Filmoteca de Valencia, junto a la Filmoteca Española.
En todo el proceso de restauración no solo se han preocupado de preservar el arte del cineasta, sino que han completado huecos vacíos. Unificado fotogramas heridos por el tiempo y completado informaciones perdidas.
¿Por qué? El jefe de Conservación del IVAC, Ignacio Lahoz, lo funda en la poca preocupación de la propia industria cinematográfica para que las obras perduren en el futuro y se mantengan en formatos de buena calidad. Según el experto, los materiales utilizados son muy malos y esto pone en peligro un trozo de patrimonio por el que únicamente están luchando los archivos.
En este sentido, los recortes presupuestarios y de personal repercutirán notablemente en las labores de recuperación de estas películas. Es más, las filmotecas españolas han tenido que enterrar numerosos archivos. Del cine mudo apenas se mantiene vivo un 10% de lo que se hizo en España y las soluciones técnicas que se adoptaron en los años 50 hicieron que muchos trabajos se autodestruyeran. Primero, porque los soportes eran inflamables y después, porque las reproducciones eran pésimas. En este aspecto, desconocen los años que durará el legado de Berlanga debido a que el tope lo pone de momento la edad que tiene el cine. Sus casi 120 años funcionan de fecha de caducidad de una fábrica de los sueños que tiene hoy al valenciano como máximo exponente en Durán Loriga. Desde largos como “Esa pareja feliz”, “Bienvenido Mister Marshall” o cortos como “El Circo” hasta “Novio a la vista”, “Calabuch” o “Tamaño natural”, el espectador tiene dos meses por delante para comprobar la calidad de una varita mágica en medio de un imaginario de fantasías. Un verdadero retratista de su tiempo.
