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martes | 23 abril | 2024
La llegada del verano no solo deja a medio gas a las empresas privadas. Entidades benéficas como el Banco de Alimentos Rías Altas también sufren un pequeño bajón en el volumen de trabajo que se nota en una caída de la cantidad de alimentos a repartir entre otras organizaciones por la supresión de las campañas directas con el ciudadano hasta el nuevo curso. No obstante, un retén a pleno rendimiento sigue operando para que las donaciones lleguen a su destinatario.
La “Operación Kilo”, que suma muchos donativos, se aplaza hasta septiembre
El Banco de Alimentos Rías Altas no cierra en agosto y sigue trabajando en su nueva nave en el polígono de A Grela, si bien caen ligeramente los kilos de acomestibles que mueve. Según el presidente de la entidad, José Luis Castro-Acuña, en estos meses continúan llegando las donaciones por parte de la Xunta o los lotes que envía la Unión Europea a través del Fondo Español de Garantía Agraria (Fega), pero la disminución se deja notar porque no hay tantas acciones directas cara a cara con los coruñeses.
“Hemos aplazado las Operaciones Kilo hasta septiembre porque ahora la gente se va de vacaciones y es difícil encontrar grupos que las puedan atender, porque se necesitan cuatro voluntarios por turno”, justifica.
menos para más gente
Además, hay otra explicación para que la reducción de los productos que distribuye Rías Altas parezca mayor. “No baja tanto pero cada vez hay más gente que pide ayuda”, comenta Castro-Acuña. Es decir, hay que repartir una cantidad un poco menor entre más personas y por eso toca a menos por cabeza.
El presidente del banco de alimentos explica que los productos que más escasean son “los más caros, como el aceite para cocinar”, por lo que han solicitado a la Unión Europea que los incluya en sus envíos. n
