La renovación de la pintura de las fuentes decorativas de la ciudad está provocando un encendido debate entre los habituales del Paseo Marítimo, que han comprobado en los últimos días como los Surfistas primero y la fuente de las Catalinas después amanecían pintadas con un azul llamativo en sus balsas.
De hecho, alguno de los que practican deporte a diario llegó a sospechar que se trataba de un ataque, como el que había sufrido la del Orzán a manos de un grupo radical que había teñido de rojo sangre sus aguas.
La empresa de conservación se justifica: al parecer el efecto llamativo durará unos días, los que tarde la erosión del agua en suavizar el tono. n