El Ayuntamiento formaliza la cesión de la Fábrica de Tabacos a la Xunta

La Fábrica de Tabacos ya está en manos de la Xunta. Un año después de que el Ayuntamiento aprobase en el pleno la cesión de la antigua tabacalera al Gobierno gallego para su transformación en sede judicial, el traspaso del inmueble se cerró ayer en el salón rojo del palacio municipal, con la firma del convenio por parte del conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, y el alcalde, Carlos Negreira.
El acuerdo implica la cesión indefinida del edificio de A Palloza a la Administración autonómica, siempre y cuando este se destine a usos judiciales. A cambio, el Gobierno gallego se encargará de pagar su rehabilitación, 20 millones de euros, y del mantenimiento de las instalaciones, que permitirán incrementar en un 70% la superficie judicial en la ciudad.
“Es un día importante porque cerramos un capítulo de la historia de A Coruña que comenzó hace muchos años”, manifestó el primer edil, que recordó el abandono al que fue sometido el inmueble desde el cierre de la tabacalera en 2001, a pesar de que en 2006, el Gobierno central, en manos del PSOE, hizo un amago para tratar de rehabilitar el edificio y convertirlo en el Archivo Municipal.
Por su parte, el vicepresidente de la Xunta agradeció la “colaboración entre administraciones”, que sirvió para desbloquear el proyecto –el anterior gobierno local bipartito se negaba a ceder de forma definitiva la factoría–, y dar paso a una actuación que servirá para solucionar los problemas de espacio de las unidades judiciales de A Coruña.
Rueda aprovechó su presencia ayer en A Coruña para anunciar la licitación de las obras de rehabilitación en el diario Oficial de la Unión Europea, después de que la inversión recibiese el visto bueno del Consello de la Xunta. La intención de Rueda es que las obras comiencen ya a final de año y finalicen en 2016, dos años más tarde de lo previsto inicialmente.
Precisamente los plazos fueron muy criticados ayer por el PSOE, que acusó al alcalde de anunciar la rehabilitación de la fábrica “cuando las obras ya tendrían que estar finalizadas”. En EU también aludieron al retraso en el inicio de los trabajos, aunque valoraron su licitación. En el BNG calificaron de “submisión” la postura de Negreira, al entregarle el edificio a la Xunta sin obtener “nada a cambio”.