Tres soluciones en dos kilómetros de Paseo para reemplazar la balaustrada

Tres soluciones en dos kilómetros de Paseo para reemplazar la balaustrada

La barandilla de piedra del Paseo Marítimo tiene los días contados. Tras un intento del anterior gobierno por hacer una consulta popular (la muestra que se instaló a modo de prueba en mayo de 2011 sigue anclada a Riazor), el Ayuntamiento decidió iniciar la prometida transformación del borde literal con la colocación de una nueva barandilla de acero inoxidable entre las Esclavas y el Playa Club, más ligera y con un diseño totalmente diáfano que ofrece una panorámica “sin obstáculos” de la bahía coruñesa.

El diseño ya clásico desaparecerá entre la Coraza y el Muncyt; cada tramo tendrá un diseño propio y habrá zonas sin protección

Diseñada por los técnicos municipales –con el visto bueno de los colegios de arquitectos e ingenieros–, el nuevo modelo “otorga todo el protagonismo a la playa y al paisaje”, según explicó ayer, de visita en la zona, el concejal de Urbanismo, Martín Fernández Prado, que considera, además, que este diseño “sencillo” aporta una imagen “más moderna y accesible” del Paseo. “Se trata de eliminar los elementos distorsionantes al máximo posible”, insistió el edil.

La colocación de la barandilla de acero inoxidable es solo la primera fase del proyecto de “reordenación del borde litoral”, que el Ayuntamiento llevará a cabo entre la Coraza y el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (Muncyt).

Así, tras la instalación de la nueva balaustrada en la zona de las Esclavas, los trabajos se trasladará al tramo que va desde el Playa Club hasta la calle Pondal, donde también se retirará la barandilla de piedra y se optará por una solución a modo de gradas, que servirá tanto para acceder al arenal como de mirador. Las obras tendrán un coste de 100.000 euros. Esta misma opción se mantendrá en la mayor parte del tramo que va desde la fuente de las Catalinas hasta la Coraza. En este caso, el diseño deberá contar con la aprobación de la Demarcación de Costas. Según Fernández Prado, además de las gradas, la solución incluirá rampsa y otro tipo de accesos adaptados. Hacia el Muncyt, se quitarán los tramos de balaustrada de piedra donde el paseo se encuentra al mismo nivel que los espacios verdes.

 

Primeras impresiones

Fernández Prado aseguró ayer que, en los últimos meses, tras la retirada del muro original en el entorno de las Esclavas, la reacción de los vecinos fue buena.

Pero las primeras impresiones de los que ayer se encontraban en la zona viendo como colocaban la nueva de acero no fueron del todo favorables. “Si se apoya mucha gente al mismo tiempo, por ejemplo, la noche de San Juan, esto no aguanta”, comentó Ramón González, un vecino de la ronda de Outeiro. “Se chega un grupo moi grande isto vaise abaixo”, apuntó Roberto Nogueira, residente en la zona y habitual del Paseo. n

 

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