El autor de una brutal agresión a la recepcionista de un hostal cumplirá cárcel e internamiento

El autor de una brutal agresión a la recepcionista de un hostal cumplirá cárcel e internamiento
el acusado confesã³ que querã­a matar a la recepcionista javier alborã©s

Porque no existe móvil ni explicación a su brutal comportamiento si no se tiene en cuenta la valoración de los psiquiatras que lo han examinado, la Audiencia Provincial ha terminado por admitir que el hombre que en marzo de 2011 intentó asesinar a la recepcionista del hostal donde acababa de hospedarse, en la localidad de Arca (O Pino), tenía nublado el entendimiento.
Con esta conclusión, la sentencia que sanciona la puñalada que recibió su víctima en el cuello –virtualmente mortal– y los hechos que rodearon aquel ataque culpa a su autor confeso de dos delitos: de intento de asesinato y resistencia a la autoridad, y estima que en ambos concurre una circunstancia eximente de su responsabilidad por “anomalía psíquica”, que el tribunal aplica de forma parcial.
En consecuencia, impone al hombre que desde marzo de hace dos años cumple prisión preventiva por estos hechos cinco años y cuatro meses de prisión, a los que suma un máximo de ocho años y ocho meses de internamiento en centro psiquiátrico penitenciario. Esta medida de seguridad se adopta, según queda reflejado en el dictamen, “en aras no solo de salvaguardar los intereses sociales del mundo que rodea al procesado, sino en aras de atender al procesado de la dolencia que le afecta”, una patología que según las forenses que intervinieron en el juicio comparte rasgos con la esquizofrenia y el trastorno psicótico.

"compinchada"
Los magistrados de la sección segunda aceptan este diagnóstico pese a las “dificultades” que, confiesan en la sentencia, tuvieron a la hora de valorar la influencia de la enfermedad mental del hombre en su actuación aquella tarde.
Según él mismo narró durante el juicio, acabó en el hostal donde trabajaba su víctima después de varias semanas vagando de hotel en hotel, huyendo de una hipotética amenaza de muerte.
Ya al subir a su habitación, en el segundo piso, comenzó a desconfiar de que la recepcionista quisiera hacerle daño. Con el paso del tiempo –continuó relatando–, se convenció de que aquella desconocida estaba “compinchada” con aquellas personas que querían acabar con su vida (en concreto, su primo), así que decidió adelantarse ; con la excusa de que su llave no funcionaba convenció a la empleada para que lo acompañara a su cuarto y ya allí, sacó su navaja y se abalanzó sobre ella. Logró llevarla al suelo y, bajo la advertencia “te voy a follar”, se colocó sobre ella y le clavó el arma en la zona cervical con tal fuerza que llegó a seccionarle una arteria y el músculo y alcanzarle las cervicales.
Pero la víctima, malherida, consiguió desasirse, aprovechando que en la lucha ambos rodaron por las escaleras, y corrió a refugiarse en el bar anexo al hostal. Los que allí se encontraban vieron lo vieron correr tras ella e intentar de todas las maneras entrar en el local, al grito de “tengo que matarte”, que el hombre seguía repitiendo cuando llegó la Guardia Civil.

sin ánimo libidinoso
Con este relato probado, el tribunal se hace eco de los últimos informes que presentaron los forenses tras examinar al acusado, y que llegaron a la convicción de que sufre un trastorno con ideas delirantes que le lleva a pensar que alguien quiere hacerle daño.
Por contra, los magistrados rechazan una condena por agresión sexual, al considerar plausible que la expresión “te voy a follar” que dirigió contra la víctima no tuviera connotaciones sexuales y sí de perjuicio. El dictamen destaca que la amenaza no vino acompañada de tocamientos o actitudes libidinosas, y recuerda que el hombre llevado al banquillo admitió su intención de matar a la desconocida pero nunca reconoció haber querido violarla.

El autor de una brutal agresión a la recepcionista de un hostal cumplirá cárcel e internamiento

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