El acusado por un apuñalamiento culpa a su víctima de destrozarle la casa y el coche a pedradas

El apuñalamiento y posterior tumulto que se vivió hace cerca de tres años en una vivienda de Pastoriza, Arteixo, llegó ayer a la sala de vistas del juzgado de penal 5 con cuatro hombres sentados en el banquillo: el autor confeso de la agresión con cuchillo, su víctima y otras dos personas, que serían identificadas como integrantes en el grupo que protagonizó los disturbios por los que la Guardia Civil tuvo que acudir aquella noche a casa del principal acusado.

Las declaraciones de todos coinciden a la hora de relatar los primeros momentos de aquella jornada. El hombre que resultó herido y un acompañante habían acudido a la vivienda para tratar con uno de sus moradores un problema de deudas. En cierto momento, se entabló una discusión, y el principal acusado salió hacia la cocina, donde cogió un cuchillo de nueve centímetros de hoja y se lo clavó en el costado a uno de los visitantes, que lo había seguido hasta allí.

Sin embargo, el agresor, que se enfrenta a una petición de tres años de cárcel por el ataque, matiza las circunstancias y asegura que cogió el arma “para defenderse” de su oponente, que lo había seguido, le había dado un puñetazo y se disponía a agredirlo con una navaja multiusos.

 

en el exterior

Ni la Fiscalía ni la defensa del apuñalado –que ejerce el abogado Rubén Veiga, de Sierra Abogados– consideran probada la existencia de una segunda arma, y el letrado, que también representa a los otros dos hombres acusados, duda también de los hechos posteriores, ya fuera de la vivienda, tal y como se reflejan en el escrito de acusación.

Según este informe, tras salir de la vivienda el herido y su acompañante, estos comenzaron a lanzar piedras contra la puerta y las ventanas del edificio, apoyados por cerca de una veintena de vecinos, entre los que se cuenta el cuarto acusado. Según el agresor confeso, los identificó a los tres como las personas que apedreaban el inmueble cuando salió a la ventana respondiendo a los gritos de “baja, baja” de una multitud.

Por su participación en el tumulto, los otros tres procesados se enfrentan a una petición de multa de 3.600 euros, aunque ninguno de ellos admite haber lanzado piedras. Según explicaron ayer, al salir del edificio se fueron directamente a casa de uno de ellos, unos cien metros más allá, para “taponar la herida” del lesionado y esperar la llegada de la ambulancia.

Según sus declaraciones ayer ante la jueza, el griterío contra el autor de la puñalada se formó en cuanto salieron del portal, sangrando uno de ellos, y comenzaron a encontrarse con los vecinos. Ellos habrían sido quienes lanzaron las piedras que, según la Fiscalía, rompieron puertas y ventanas y dañaron el coche del principal acusado. n

 

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