El acusado de abusar durante meses de una niña de cinco años culpa de la denuncia a su casera

Cuando, en septiembre de 2011, los médicos de la Casa del Mar derivaron a su hija al Chuac como posible víctima de abusos sexuales, sus padres no podían creerlo. Pero cuando la niña, de solo cinco años, comenzó a narrar con lenguaje explícito y gestos las peticiones que le formulaba un conocido que en alguna ocasión se había quedado a su cargo cuando estaban a solas, no tuvieron duda, porque no eran palabras que la pequeña conociese ni actos que hubiese podido presenciar. Ahora, el hombre al que la menor señala como la persona que le “chupaba la tetola”, le ponía “películas de mayores desnudos” y le ofrecía “monedas para que no dijera nada” se enfrenta a una petición de condena de 12 años y diez meses de prisión por delitos de abuso sexual continuado con acceso carnal y provocación sexual.
Ayer, el acusado compareció en la Audiencia coruñesa para declarar por aquellos hechos, que se encuadran en los cinco meses que pasó viviendo alquilado en la casa de Eirís propiedad de una amiga de la familia de la menor, que en ocasiones se encargaba del cuidado de la niña.
Y es a esta mujer, a la que la pequeña y sus padres tratan de “abuela”, a quien el procesado señala como la instigadora de la denuncia, que asegura que es “falsa”. Según relató ayer a los magistrados de la sección segunda, había mantenido relación con la que sería su casera durante veinte años, porque ambos residían en el mismo barrio, y cuando se separó de su esposa y se marchó de casa decidió alquilarle una habitación en su vivienda, la misma donde, años antes, habían estado residiendo los padres de la menor cuando esta era solo un bebé.
Pero, después de unos meses, decidió mudarse a un piso. La noticia, asegura, fue el punto de inflexión en la relación con su amiga, que comenzó a deteriorase hasta el extremo de que ve en la historia de los abusos una venganza de ella por su marcha.

La menor asegura que su conocido le daba “monedas” para que no lo delatara

en su cuarto
Su versión, no obstante, no da explicación a las braguitas de la niña que aparecieron durante el registro policial a su habitación , tal como recalcó el abogado que ejerce la acusación particular, Manuel Ferreiro, ni a las rojeces ni molestias que la pequeña sufría en la zona genital.
“No encuentro explicación”, manifestó ayer el hombre en relación a la prenda íntima, aunque su defensa, Joaquín de la Vega, se apresuró a puntualizar que en aquella casa la colada se había mezclada, con lo que la braga pudo colarse entre las sábanas o la ropa del acusado.

El acusado de abusar durante meses de una niña de cinco años culpa de la denuncia a su casera

Te puede interesar