El 092 multiplica los arrestos de grafiteros en un intento de frenar la ola de pintadas

El 092 multiplica los arrestos de grafiteros en un intento de frenar la ola de pintadas
el monumento a los héroes del orzán fue objeto de una pintada el martes

Uno de los problemas a los que tienen que enfrentarse todas las ciudades de un tamaño importante es el de las pintadas. Aunque para muchos son una expresión artística válida, la mayoría considera que, fuera de algunos lugares adecuados, y alejados del formato de mural, no son más que una gamberrada que contribuye a ensuciar las calles de la ciudad. Quizá el ejemplo más llamativo se dio el martes, cuando se descubrió que una mano anónima había escrito “Puta Policía” en el monumento que recuerda a los Héroes del Orzán, los tres agentes del 091 que murieron ahogados intentando salvar a un joven. Es la Policía Local la que normalmente combate esta forma de vandalismo. En lo que va de año, llevan efectuadas varias docenas de detenciones, en muchos casos de menores.

En lo que va de año, docenas de estos “artistas urbanos” han sido objeto de denuncias por la Policía Local

“El problema es que no hay mucho que se pueda hacer. Normalmente los denunciamos ante la Subdelegación”, explican fuentes municipales. En muchos casos no es la primera vez que acaban en manos de la Policía: gran aparte de los detenidos en lo que va de año tienen ya acumulan una docena de antecedentes por este motivo. Desde la asociación profesional de la Policía Local, su presidente, Manuel Aceña, señala que “la impresión clara de los agentes es que se trata de un fenómeno que va en aumento”.

Aunque en muchas ciudades el grafiti ha evolucionado hasta convertirse en una forma de arte urbano aceptada, que puede embellecer la ciudad, en A Coruña permanece “el grafiti mal entendido”, en palabras de Aceña. Es decir, el “tag” la firma que emborrona las paredes y los monumentos. En los dos casos, los vándalos se enfrentan a una falta de daños como contempla la ordenanza municipal de limpieza, aunque es distinto de tratarse de una propiedad privada de una pública. De cualquier manera debe pagarse una multa además de costear la limpieza de la superficie afectada, aunque es un proceso lento, sobre todo cuando se trata de propiedad pública.

Y la Policía Local envía los casos al juzgado, de manera que aún no se ha condenado a nadie por este motivo desde que comenzó el año.

 

vecinos del orzán

Lo normal es que las comunidades de vecinos de los edificios afectados paguen de su bolsillo la limpieza de sus fachadas. Nadie lo sabe mejor que los residentes del número 18 de la calle de Juan Canalejo, situada en el epicentro del ocio nocturno. La presidenta de la asociación de vecinos de la zona, Aure López, calcula que han pagado durante meses entre cien y doscientos euros por la limpieza de la fachada, hasta tres y cuatro veces cada mes. Algunas otras comunidades de vecinos ya se han rendido y no limpian las fachadas. López no les culpa: “Esto ha aumentado un 1.000 x 100 y no se puede estar pagando todos los días ”.

Las pintadas en la zona se han extendido tanto, de hecho, que han comenzado a subir desde el nivel de la calle hasta los primeros pisos, para el pasmo de los vecinos, que no comprenden cómo es posible que los jóvenes se suban a los hombros unos de otros para poder firmar con un espray.

“Es cierto que la Policía pasa por aquí, y a veces los multa, pero no sirve de nada: siempre vuelven a hacerlo”, critica la presidenta de la asociación de vecinos. Ella apuesta más bien porque los propios “artistas” sean los encargados de limpiar sus obras. Sin embargo, los trabajos a la comunidad son una opción poco utilizada, por el costo que suponen para las arcas públicas, dado que implican destinar a alguien a vigilar los trabajos.

Sin embargo, desde la Policía Local aseguran que se está incidiendo bastante sobre este problema para tratar de atajarlo. En este sentido, afirman que el sistema actual que combina patrullas uniformadas con agentes de paisano está permitiendo obtener buenos resultados, no solo en el caso de las pintadas, sino en el de otros problemas derivados del ocio nocturno y que suponen infracciones a las ordenanzas municipales de ruidos o de limpieza, así como el cierre de locales. De hecho, el ocio nocturno es uno de los principales problemas en una ciudad con una baja criminalidad como es A Coruña, pero últimamente se ha venido percibiendo un aumento en los incidentes violentos y los desórdenes, que tanto el 091 como los agentes municipales tratan de controlar. .

Lo cierto es que se han multiplicado las detenciones por este motivo. Fuentes de la Policía Local pretenden achacar este incremento a un mayor esfuerzo y control por parte de los agentes y no a que aumenten el número de incidencias por este motivo aunque ciertos informes apuntan a que los grafiteros de la periferia prefieren moverse hacia el centro para buscar allí los lienzos para sus obras.

El 092 multiplica los arrestos de grafiteros en un intento de frenar la ola de pintadas

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