“Dudo de que Padre Rubinos vaya a acabar con la indigencia en la calle”

Iglesias se multiplica para atender a las novedades sociales de la ciudad y a las acciones de Cáritas.

A Coruña estrena nuevo albergue con más capacidad para atender a los transeúntes. ¿Podría significar el fin de la indigencia en la calle?
Es posible pero lo dudo porque es difícil que aquellos que duermen en la calle se quieran ir a un albergue porque no quieren respetar las normas de convivencia, la rigidez de horarios o la prohibición de fumar. Son gente que va a los suyo.

¿Qué es lo que va a significar la recién estrenada sede de Padre Rubinos a la ciudad?
Las instalaciones van a suponer una mejora sustancial para poder atender mejor a los usuarios que ya tenían y a la gente que vaya allí. Va a beneficiar a los sectores de la población que ya atendía pero, por desgracia, no nos va a reducir el trabajo a los demás. No nos vamos a quedar de brazos cruzados.

Pese a la posibilidad de que se lleven a una parte de sus usuarios, quedarían muchas familias por proteger...
Sí, nosotros vamos a tener que seguir atendiendo a una población menos desestructurada que sigue necesitando ayudas. Ni nosotros ni los Servicios Sociales municipales vamos a notar un descenso.

Allí ampliarán el plan de reinserción laboral, algo en lo ustedes ya tienen mucha experiencia. ¿Cómo funcionan los proyectos del Centro Violetas?
Una de nuestras ideas fundamentales siempre fue recuperar a la gente para la sociedad a base de potenciar su formación, que a veces es escasa, mediante todo tipo de cursos. Tenemos Competencias Básicas, que es como el Graduado Escolar; formación en carpintería y albañilería; información teórico-práctica de cómo hace un currículum; preparación en hostelería o de riesgos laborales. Esa es una labor que dio muy buenos frutos antes, sacábamos a gente formada y que encontraba trabajo, y hoy simplemente se está quedando en esa formación. Los resultados que tenemos para encontrarles un puesto de trabajo ahora son pequeños.

¿En todos los sectores?
Está la excepción del trabajo específico de las empleadas de hogar. Ahí obtenemos buenos resultados. El Centro de Atención al Hogar tuvo 200 demandas de empleo el año pasado y fuimos capaces de colocar a 188 personas de las que 24 obtuvieron el alta en la Seguridad Social. Es una gotita en el océano pero por lo menos no son números negativos.

Son unas diferencias muy grandes.
No son buenos tiempos para el empleo por lo que pedimos que en todos los sectores se procure ahorrar en otros gastos y se contrate más. n