Un dron para arrojar luz sobre las averías

Un dron para arrojar luz sobre las averías

Cualquiera que haya cometido el error de meter los dedos en un enchufe siente cierta aprensión al ver a los operarios de Fenosa escalando las torres de apoyo del tendido eléctrico de varios metros de alto. El entramado metálico se parece demasiado a una parrilla, y la idea de ser zarandeado por una repentina ráfaga de viento y acabar cayendo sobre un cable resulta escalofriante, aunque solo se haya subido para hacer una comprobación rutinaria.
Es un problema que Unión Fenos Distribución ha resuelto de la misma manera que hoy en día parecen resolverse todos los problemas: empleando drones. En lo que va de año, estas aeronaves no tripuladas han revisado cerca de 550 kilómetros de líneas de alta tensión, casi 50 circuitos de alta tensión y más de 1.600 apoyos solo en la provincia. En Galicia, los drones han recorrido cerca de 1.350 kilómetros y revisado más de 90 circuitos y casi 4.500 apoyos de alta tensión.
El director de Red de Alta Tensión de Unión Fenosa Distribución, Abelardo Reinoso, explicó que antes de que llegaran estos aparatos se utilizaban helicópteros o los operarios tenían que escalar la estructura metálica de los apoyos. “Los drones aumentan la seguridad, pero también la productividad”, asegura, porque no es lo mismo tener que escalar para echar un vistazo que manejar el ojo electrónico cómodamente desde tierra.
Aún así, sigue siendo un trabajo para dos hombres: el piloto certificado, que dirige la aeronave, y un operador que maneja la carga de información, manejando las dos cámaras que lleva el aparato: la normal y la termográfica, que permite detectar puntos de calor en las torres.

Un ojo, no una mano
Para llevar a cabo esta tarea Fenosa se ha aliado con una empresa especializada en trabajos con drones, Hemav, y llevan varios meses utilizando este tipo de tecnología en la provincia. Reinoso destacó la diferencia que existe entre la capacidad visual de un operario atado a un arnés y la de un dron de ocho hélices que puede dar vueltas y vueltas entre las torres y realizar grabaciones y zoom. Eso sí, por el momento solo pueden echar un ojo, y no un mano.
“Ya se está probando instalar brazos robóticos en las aeronaves no tripuladas”, explicó Fernando Romero, portavoz de Hemav. También esperan que un día los drones puedan realizar el tendido del cable guía para las líneas eléctricas. Puede que muy pronto todo esto sea una realidad pero, mientras tanto, serán los humanos los que tengan que realizar el trabajo manual.
También tienen otras limitaciones: no pueden volar con vientos de más de 30 kilómetros ni con lluvia, pero tampoco pueden hacerlo los humanos. Y tampoco deberían: con mal tiempo, lo mejor es quedarse en casa, y poner a funcionar la estufa. Eléctrica, claro.

Un dron para arrojar luz sobre las averías

Te puede interesar