La droga sintética que consumen los coruñeses empieza a hacerse en Galicia

La droga sintética que consumen los coruñeses empieza a hacerse en Galicia
Jóvenes disfrutando del ocio nocturno en el centro de la ciudad | javier alborés

El MDMA o “M”, a secas es una droga sintética que lleva años instalada en la noche coruñesa. Nunca ha recibido mucha atención pública en comparación con otros estupefacientes más conocidos, de los que las autoridades realizan grandes aprensiones, como la cocaína, la heroína, o el hachís. Sin embargo, agentes de la Policía Judicial especializados en la lucha contra el narcotráfico opinan que en los últimos años, debido que se incrementa su consumo, el M.D.M.A. está dejando de ser un producto exclusivamente de importación para empezar a producirse aquí, en Galicia.

La presencia de la droga sintética es indiscutible: en 2008, la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) descubrió en Monte Alto un alijo de 150.000 pastillas de éxtasis, que contiene un principio activo similar. Pero el M.D.M.A parece haber sustituido al éxtasis como principal droga sintética que se consume en A Coruña: las dos proceden de la familia de las anfetaminas y sus efectos son equiparables. Se han incautado cientos de pastillas en diversas actuaciones.

Tradicionalmente, la producción de las drogas sintéticas se concentra en países del norte de Europa, especialmente Holanda, desde donde los traficantes la traen a España por carretera. La razón es que la legislación en los Países Bajos es más laxa con estas sustancias, así que muchos traficantes prefieren hacer viajes a Holanda.

Pero lo cierto es que no resulta difícil de elaborar. “Basta un conocimiento básico de química. Es volátil, así que puede llegar a explotar, pero no en las proporciones adecuadas”, señala un agente judicial. Es por eso que las autoridades sospechan que existe un laboratorio en Galicia: porque no precisa unas instalaciones importantes y por la demanda.


Directamente al cerebro
El problema de las drogas sintéticas, sea “M”, o cualquier otro derivado de la metanfetamina, es que afectan directamente al cerebro. “Se ha generalizado desde hace relativamente poco, pero se sospecha que afectará mucho a los jóvenes que lo han tomado cuando llegue a la madurez. Desarrollarán más tempranamente enfermedades como el Alzheimer, por ejemplo”, apunta un agente. Desde la asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga (Aclad), sostienen que su consumo es popular especialmente entre jóvenes de entre 17 y 20 años.

“Es sobre todo una droga de acompañamiento, la toman junto con el alcohol”, explica la terapeuta. Quizá por eso, su consumo está reservado a los fines de semana. “Sus efectos son sobre todo desinhibición: la persona está más dispuesta a las relaciones sexuales, pero también a la violencia. El sujeto se altera con más facilidad”, explica Lage.


Quizá por eso, su consumo está reservado a los fines de semana. Además, no se relaciona con el mundo marginal: se vende y se toma en los locales para aquellos que quieren seguir la noche hasta el final. Es por eso quizá por lo que no acuden a Aclad jóvenes para los que la “M” sea el principal problema: fuera de la noche, son pocos los que consumen esta droga, sea cual sea su origen, holandés o gallego.

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