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sábado | 27 abril | 2024
Unas doscientas personas se han concentrado esta tarde en la coruñesa avenida de la Marina para intentar paralizar las obras del túnel que soterrará todo el tráfico rodado de la zona y que acaban de comenzar.
El Ayuntamiento de A Coruña proyecta que todo el tráfico que pasa por el centro de la ciudad, frente al puerto, esté pronto bajo tierra, para lo que ya ha realizado un túnel en O Parrote y acaba de empezar con las obras de otro en la Marina.
La recién creada Plataforma "No a las obras en la Marina" se ha constituido, según ha explicado su portavoz Santiago Lamelo a EFE, para "reunir a todos los colectivos de la ciudad".
"Intentamos crear un colectivo ciudadano amplio que esté en contra de las obras de este túnel. Es un gasto desmesurado en un momento inoportuno. Creemos que hay otras necesidades en la ciudad que son más urgentes", ha detallado.
A partir de ahora estarán en este lugar "todos los jueves hasta que se paren las obras", después del interés que ha despertado esta primera convocatoria en la que además de la concentración han cruzado la calle un par de veces y han recibido múltiples apoyos.
Este movimiento cuenta con el respaldo del Bloque Nacionalista Galego, que entiende que estas obras "que están presupuestadas en 18,5 millones de euros" son "una inversión municipal innecesaria y que representa un dispendio".
El portavoz de Esquerda Unida - Os Verdes, César Santiso, que también ha apoyado la concentración, ha indicado que "Negreira rescata a constructoras amigas burlándose de la ciudadanía, el PP es el único que defiende la cafrada de hipotecar A Coruña para que una gran empresa haga túneles, tan caros de hacer como de mantener".
Por eso, además de apoyar la concentración ha propuesto la realización de una consulta vecinal vinculante para que mediante un referéndum se determine lo que quieren los ciudadanos, que cree que se debe hacer cada vez que una inversión supere los 100.000 euros.
Su idea es que cada vez que haya un proyecto que supere esta cantidad se publique durante tres meses para que los ciudadanos puedan realizar enmiendas o contrapropuestas y más tarde votar sobre si quieren que se realice o no.
