Diversión y aprendizaje no están reñidos en la nueva edición de la feria UDCiencia

Diversión y aprendizaje no están reñidos en  la nueva edición de la feria UDCiencia
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Pompas de jabón, raíles y microplásticos. Con estos elementos pudieron interactuar los alumnos de los colegios Franciscanos, Arzúa y Montespiño en el primer día de la cuarta edición de UDCiencia, organizada por la Fundación Barrié junto a UDCiencia d+i.

Como explica la coordinadora de la actividad, Ana González, UDCiencia tiene “una doble vertiente”. Por un lado, impartir talleres de ciencia para implicar a los niños y que pierdan el miedo a la ciencia, a través de la experimentación.  Por otro lado, los profesores y alumnos de grado, máster y doctorado trabajan la parte de acercarse a los alumnos con explicaciones adecuadas a la edad, a través de competencias transversales, trabajo en equipo y organización.

“De los niños aprendes mucho, comprendes lo que les interesa y son muy agradecidos”, comenta la también profesora de Genética. Además, asegura que la experiencia que ya tienen de las ediciones previas “es positiva”.

Alejandro Toral, encargado de explicar el taller “Mar de plástico”, asegura que se trata de “conocimientos que se pueden aplicar a la vida”. Este taller, en concreto, trata de los microplásticos, los cuales ingerimos cada día.  Al mismo tiempo, Toral explica la importancia de cumplir la regla de las tres “r”: reducir, reutilizar y reciclar.

Florencia Eberhardt, una de las componentes del taller “¿De qué está hecha la vida?” –sobre las diferentes moléculas–, asegura que es “el mejor momento” para fomentar en los niños el interés por la ciencia, debido a que son “más creativos y curiosos” a estas edades y se les abre, de esta manera, “un mundo diferente”.

Eberhardt asegura que “depende de nosotros que se prenda esa llama” por conocer el campo científico.

Ilusión por la ciencia
Las pompas de jabón tradicionales triunfaron. Además de por su efecto hipnótico, los alumnos pudieron observar cómo se podía jugar al tenis, siendo la red de raqueta y la pelota de jabón. Las alumnas Cristina, Silvia y Carla, de Segundo de la ESO del Montespiño, aseguraban a mitad de los talleres que les estaban gustando mucho y que era una forma diferente e interesante de aprender, por lo que no perdían un segundo en ir al siguiente puesto.  Álex, alumno de Sexto de Primaria de Arzúa, aseguró que era la primera vez que tenía contacto con la ciencia, pero que ya se veía estudiando algo relacionado con ella. El taller que más le impactó, en su caso, fue “El tren sabe su camino”. En él, aprendieron el porqué de que un tren no descarrile, además de construir entre todos un puente de madera y ver de qué manera puede sostenerse.

Toral opina que lo más difícil es relacionar el entretenimiento con la explicación adaptada a los estudiantes. Y explica que algunas respuestas de los alumnos te dejan sin palabras con sus razonamientos.

Ainhoa y Jimena, del Montespiño, al final, hicieron una valoración de las dos horas que pasaron aprendiendo y aplicando la ciencia a la vida. Aseguran que este tipo de iniciativas “fomentan el aprendizaje” y el taller que más les gustó fue “Torre de densidad”, que se explica de una forma intuitiva, visual y “con muchos colorines”. Ambas quieren seguir por la rama de ciencias, estudiando Biotecnología y Medicina, respectivamente.

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