11º-14º
jueves | 25 abril | 2024
Cuando se trata de radares, uno de los puntos más espinosos es dónde se colocan. Muchas asociaciones de conductores se quejan de que los detectores están dispuestos sin ningún propósito más allá del recaudatorio. Lo cierto es que quien decide su colocación (el de los radares móviles, dispuestos en un vehículo) es la Guardia Civil de Tráfico, que a su vez manda la lista de puntos a vigilar a la Dirección General de Tráfico (DGT), para que dé su visto bueno. Sin embargo, aunque desde la sección provincial de la DGT aseguran que esta práctica se mantiene inalterable, portavoces de la asociación profesional Unión de Guardias Civiles (UGC) sostienen que la dinámica ha cambiado desde el mes de agosto durante el que, en el área metropolitana, ha descendido en un 20% el número de denuncias puestas mediante este sistema.
En números simples eso significa que las denuncias podrían haber bajado de 450 a 360, teniendo en cuenta que existen tres operadores de radar (uno de ellos en el cuartel de Tráfico en Perillo) que suelen operar en la zona, y que cada uno suele poner de medias unas 150 denuncias en un mes normal. Antes un agente se colocaba con el radar donde sabía que podía haber un paso frecuente de vehículos con exceso de velocidad, aclaran desde la UGC.
Eso significaba escoger no solo el lugar, sino también el momento, puesto que si te pones a la entrada de un polígono en hora punta, el tráfico va a ir muy lento, pero si vas dos horas después, cuando ya no hay tráfico, nadie va a circular por ahí a 50 kilómetros por hora, aunque ese sea el límite marcado.
Con este sistema se garantizaba atrapar a los infractores, pero ahora los guardias civiles de Tráfico aseguran que reciben instrucciones de la DGT sobre dónde colocar los radares, que suelen ser lugares donde el riesgo de siniestralidad es mayor. El resultado ha sido este descenso en el número de multas impuestas pero, de todos modos, la UGC manifestó su apoyo a esta medida porque considera que es un paso más a la hora de mejorar la seguridad vial: La mayor parte de los compañeros se han mostrado de acuerdo con el sistema, aunque eso signifique trabajar más.
Disuasorio > El radar consigue así su máximo efecto, según opinan los agentes de Tráfico. Cuando los conductores pasan por delante, siempre se lo quedan mirando, y frenan, en parte porque tienen miedo de que más adelante haya otra patrulla que les detenga. Sin embargo, la actual política de la Dirección de la Guardia Civil obliga a sus agentes a mantener una cuota de denuncias si no quiere quedarse sin cobrar un plus de seguridad vial, de ahí que tenga que los guardias civiles tengan que esforzarse y trabajar más horas para conseguir el mismo resultado del que tenían antes.
Con este sistema, además, no pueden cambiar de lugar donde disponer el radar si entregar un justificante que explique la razón del traslado. Suponemos que todo esto afectará al número de denuncias, aunque habrá que esperar a que acabe septiembre para saber si este descenso se debe sólo al cambio de sistema o es por causa de las bajas veraniegas. Pero aunque des de la UGC consideran que la DGT hace un buen uso del radar, creen que peca de exceso de confianza en las máquinas. Ahora se está hablando de que hay demasiados agentes de Tráfico en la Guardia Civil, que sobran entre 600 y 800 (en toda España). Desde la asociación profesional consideran que los responsables de Tráfico achacan pero el éxito que se está obteniendo en reducir la siniestralidad no solo tiene que ver con el carné por puntos.
Desde la UGC recuerdan que al figura del agente de Tráfico es insustituible, sobre todo por un radar. Aquí de lo que se trata es de que la multa tenga un efecto y es mejor para eso un guardia civil que le pone la multa en el acto que un radar, que saca una foto y luego le envía la denuncia por correo. Según la UGC, pasado el tiempo, el conductor ni siquiera es capaz de relacionar la infracción con la multa de forma clara. No se puede sustituir a un agente por una máquina, insisten.
