“Lo difícil es acertar a quién amar, pero si eliges bien, dura y evoluciona”

Los libros ya no darán más directos en el Ágora. Tampoco sus creadores. Care Santos, premio Nadal 2017, fue la última en hacerlo para sacar de su chistera a cinco mujeres de los años 30, aliñadas con objetos que hablan y canciones de The Beatles.

¿Por qué se fue a esta generación de mujeres, a la nacida en los 30?
Merecían un homenaje. A veces lo que está próximo, no lo valoras. Pasa lo mismo con las historias familiares y ellas han llevado un camino muy largo desde la educación que recibieron al mundo en que viven hoy. No las hemos representado mucho por tener cosas más importantes que atender, sin darnos cuenta de lo que han tenido que hacer y de su capacidad de adaptación.

¿La sociedad ha evolucionado desde entonces? ¿O hay muchas Olgas escondidas?
En generaciones anteriores sí las hay, pero creo que en la nuestra ya no. Hemos evolucionado, pero sí es cierto que nos estamos descuidando. Vamos en retroceso, en parte por las oleadas políticas y los gobernantes. La sociedad debería meditar más en qué se quiere convertir, pero el espíritu crítico parece que no abunda.

¿Se ha inspirado en personas reales?
Te tengo que decir que sí. La verdad absoluta y desnuda solo se puede decir en la ficción. He conocido a muchas como ellas, pero todos mis personajes parten de la ficción. Estoy participando de una memoria que no es la mía. Por eso hay mucha documentación y préstamos ajenos. Al final, los escritores no somos más recolectores de materiales.

¿Existió el orfanato?
Sí y otros más siniestros. También las monjas, de ahí lo de que documentarse es fundamental porque tú tienes una idea, pero lo que investigas te sirve para tomar decisiones. Para mí es muy valioso porque empiezo a escribir sabiendo por completo lo que voy a hacer. Es un paso al que no quiero renunciar. Esencial, porque la intriga se construye desde el derecho para darle después la vuelta desde el arranque.

Habla de la importancia de fijarse en las pequeñas cosas y en el libro, estas son claves.
Sí, los objetos, como el paraguas o las tijeras, sirven para contar historias. En algunos libros, son protagonistas absolutos, en este no, pero sí son decisivos.

Como la conjunción “hasta que”, que trae consigo acciones determinantes en la vida de cada uno.
Sí, y que no somos conscientes de ellas “hasta que” han pasado.

Leyéndola, uno se imagina la historia en un teatro.
¡Qué bien porque me encanta el teatro! y tenemos muy buenas actrices de esa generación. Ojalá alguien se anime. Ayudaré en lo que necesiten y me apartaré, si hace falta.

¿Qué le reportó el Nadal?
Una satisfacción muy grande y a la vez, cierta incredulidad por el respeto que infunde el premio, el más veterano y con ganadores, que tienes que leer la lista dos veces. Ya es una atrevimiento presentarse, pero me gustan los premios para llegar a los lectores que, de otra forma, no te leerían. Ellos son, en realidad, el premio.

Dice en el libro que el amor lo inventaron los comunistas.
El invento del amor por interés porque el matrimonio se inventó para perpetuar el patrimonio, no el amor. También hablo de que el amor dura siete años y no estoy de acuerdo. Lo difícil es acertar a quién amar, pero si eliges bien, dura y evoluciona.