Les dieron las diez e incluso las once

Y les dieron las diez y las once e incluso las doce, pero los que se acercaron a la plaza de Ourense iban con un objetivo y no se fueron hasta que salieron victoriosos con sus entradas en ristre. Los papeles que les vendieron en ventanilla les darán un pase para ver el 23 de julio a Joaquín Sabina en directo, el primer artista que repetirá repertorio en el Coliseum. Y es muy posible que llene en sus dos asaltos porque después de una jornada donde quiosco e internet echaron humo, el aforo del recinto está prácticamente cubierto.

De las 6.500 plazas para ver al del bombín con “Lo niego todo”, apenas quedan unos centenares libres. Las de tendido alto, de 38 euros, se agotaron ya por la mañana y de los bajos, hay sectores como el 3 y 4, los más centrados, que se contaban con los dedos de las manos a última hora de ayer.

En pista, las más cotizadas al guardar menos distancia con la poesía, quedan una decena y en el medio, el 2 y el 3 acabaron el día con pocas sillas disponibles. Sin embargo, no hubo que colgar el cartel como el lunes pasado cuando la sobremesa venía pareja de un “no hay billetes” y Sabina se subía al podio con Ricky Martin al abarrotar en horas. Ayer los que no llegaron a tiempo para reservar localidad el 22, no se lo pensaron dos veces. Decían sus seguidores la semana pasada que Sabina bien se merece un desembolso económico de 38 para arriba y que las de julio pueden ser de las últimas veces.

Así que ante la duda, la ciudad confirmó su sensibilidad “sabinera” y en cuestión de siete días se hizo con cerca de 12.000 entradas para disfrutar del cantante. Vendrá dos años después de su última aparición, cuando cantó para 6.200 personas aquella que enumeraba la pena en 19 días y le sumaba 500 noches.

Esta vez, aterriza en el multiusos con “Lo niego todo” y otras perlas que adornan su carrera. Por ellas, el público poblará el edificio de forma ovalada. Y es que no solo de reggaetón vivirá el oído coruñés esta temporada. Sabina será uno de los platos fuertes de un verano “latino”, que culminará en la playa con el Noroeste y el hit de Kaiser Chiefs “ruby, ruby, ruby, ruby...”.