Detienen a dos rumanos por robar en chalés de Culleredo, Oleiros y Carral

Bajo el curioso nombre de “Abott y Costello”, los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil desarrollaron una operación que culminó el viernes con la detención de una pareja, no de actores cómicos, sino de asaltantes de casas. Se trata de dos rumanos de 35 años de los que se sospecha, actuaron varios chalés de Culleredo, Oleiros y Carral. Los robos fueron perpetrados a lo largo del último mes y aunque estos municipios coruñeses fueron los más afectados, la pareja criminal también actuó en los alrededores de Santiago y Ourense. En total, dieron 20 golpes.
Los investigadores pronto se dieron cuenta de que estaban buscando a una única banda porque el modus operandi utilizado en los asaltos tenía un patrón común que los identificaba. Por ejemplo, el horario, el tipo de vivienda y el procedimiento con el que irrumpían en el domicilio: a estas alturas del año, finalizadas las vacaciones de verano, ya no hay viviendas habituales que estén vacías, así que los dos rumanos esperaban para actuar hasta que podían aprovechar las salidas momentáneas o descuidos  de los moradores. Normalmente conseguía evitar encontrarse con las víctimas, pero cuando éstas volvían antes de lo esperado y se veían sorprendidos, se limitaban a huir.
Una vez dentro de las viviendas, siguiendo el procedimiento habitual de los ladrones de pisos, ignoraban la mayor parte de los objetos, aunque fueran valiosos, como aparatos electrónicos. Solamente les interesaban las joyas y el dinero en efectivo, así que normalmente se dirigían al dormitorio, donde saqueaban el contenido de las mesillas de noche y los armarios, pero hubo algunas excepciones: por ejemplo, sí que llegaron a robar el coche que guardaban en el garaje los dueños de una de las viviendas allanadas.
Pero descubrir su modus operandi fue una cosa y localizarlos, otra muy distinta. La parea de delincuentes cambiaban continuamente de residencia para despistar a la Guardia Civil y empleaban técnicas de contra vigilancia, así que su seguimiento fue muy difícil. Tampoco llevaban nunca las joyas robadas encima, así que reunir pruebas contra ellos fue particularmente difícil.
Finalmente, los investigadores consiguieron localizar hasta tres zulos distintos repartidos en diferentes localizaciones alejadas de cualquier núcleo habitado, como masas boscosas. En estos escondites, los rumanos guardaban numerosas joyas, así como linternas, guantes y walkie talkies que al parecer, habían usado para mantenerse comunicados durante los asaltos.  
También se ha recuperado un vehículo que había sido sustraído. Aunque no ha trascendido la cantidad de joyas recuperadas ni su valor estimado, si se sabe que el número de alhajas es mucho mayor que el que se denunció en los veinte robos, así que los investigadores sospechan que son responsables de más asaltos. La operación continúa abierta y mañana por la mañana, los detenidos pasarán a disposición judicial, la del juzgado número cuatro.