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lunes | 13 mayo | 2024
R.L. > A Coruña
La Policía Nacional sospecha que los dos atracadores detenidos el pasado 28 de septiembre en Sevilla después de un intento frustrado de robar en una joyería pueden haber estado implicados en dos asaltos que tuvieron lugar en A Coruña. Los crímenes se cometieron a mediados de enero de este año y de septiembre del año pasado en las joyerías Romeu y Calvo.
Es por eso que los agentes de la Unidad de Delitos Violentos (UDEV) de A Coruña están colaborando con sus colegas de Sevilla, según explicaron fuentes de la Jefatura Superior, tratando de contrastar los datos que tenían en su haber con los que han conseguido obtener del interrogatorio de los dos sospechosos: I.P. y T.K., ambos naturales de Estonia.
Aunque, por el momento, la Jefatura Superior de Policía prefiere hablar solo de indicios lo cierto es que son muchos los paralelismos que guarda el atraco de Sevilla con el que se vivió el 15 de enero en la joyería Romeu, establecimiento situado en la calle Real. Entonces los testigos declararon que los tres hombres que entraron en el local se comunicaban en un idioma centroeuropeo. Sin embargo, el único de los atracadores que fue detenido por el vigilante de seguridad resultó ser de origen brasileño.
Otro punto en común que guardan ambos delitos es que sus protagonistas emplearon armas simuladas para amenazar a los empleados. En el caso de la joyería Romeu, el brasileño llegó incluso a disparar con balas de fogueo al techo para intimidar a los empleados. No lo consiguieron y tuvieron que darse a la fuga, igual que en Sevilla, solo que esta vez, en la capital andaluza, cayó el resto de la banda, y no uno solo.
Disfraces > También hay suficientes indicios que les conectan con el atraco de la joyería Calvo del 11 de septiembre, puesto que los hombres que asaltaron el local iban disfrazados (uno de ellos llevaba una máscara de payaso) y los estonios detenidos tenían, según hicieron notar fuentes policiales, habilidad para caracterizarse de cruceristas extranjeros, tripulantes de buque o incluso anciano.
En aquella ocasión sí habían conseguido llevarse un botín que el dueño del establecimiento valoró, posteriormente, en unos 150.000 euros y que estaba compuesto de relojes de las marcas Cartier y IW. En la joyería hispalense también se llevaron diez cronómetros, esta vez de la marca rólex, valorados en unos 94.000 euros, antes de huir dejándose la pistola simulada con la que intimidaron a los empleados olvidada en la tienda. Curiosamente, también formaban relojes de Cartier el botín obtenido de otro atraco perpetrado el 7 de abril en la joyería Gordillo de Cádiz y del que también los investigadores de la UDEV consideran que es obra de los estonios, que se encuentran desde el mes pasado en prisión.
