Detienen a una banda especializada en el robo en trasteros y garajes

La Policía Nacional sospecha que los tres hombres de 55, 35 y 33 años que detuvo hace una semana son responsables, por lo menos, de 17 robos, la mayor parte de ellos en garajes y trasteros de Eirís, Monelos y el Barrio de las Flores. Gran parte de su botín consiste en bicicletas, y material de motos, como cascos, guantes y chaquetas. Se recuperaron algunos de estos objetos en los registros de sus casas y en algunos casos ya fueron devueltos a sus legitimos propietarios. Tras finalizar las gestiones policiales, los sospechosos, todos con antecedentes policiales fueron puestos a disposición de los jueces.
La investigación se inició a principios del mes de marzo, cuando los agentes constataron que les llegaban numerosas denuncias con gran cantidad de similitudes en el modus operandi: alguien estaba colándose en el interior de garajes y trasteros y se llevaba todo lo que podía encontrar en las plazas y, sobre todo objetos relacionados con el motociclismo. En varios casos, llegaron a sustraer bicicletas atadas a la pared, rompiendo las cadenas. También forzaban los maletines de las motos, los baúles y los sillines, apoderándose de lo que había en su interior, y lo mismo ocurrió con los coches estacionados, como es habitual en esta clase de delitos, en los que suelen buscar gafas de sol o algún objeto electrónico. Los asaltantes también violentaron los trasteros de algunos edificios para llevarse todo lo que pudiera tener algún valor.
Pesquisas
Los investigadores de la sección de Delitos contra el Patrimonio comenzaron a realizar las gestiones oportunas y determinaron que tres varones, que se conocían entre sí, eran los presuntos responsables de una gran cantidad de los hechos denunciados. Después de seguirlos y de reunir suficientes pruebas, se practicaron dos diligencias de entrada y registro en los domicilios de los arrestados, donde la Policía se hizo con varios objetos robados.
Ya durante la investigación se había recuperado parte de lo robado. En cuanto a lo hallado en el piso, se entregó a sus legítimos propietarios, aunque aún quedan objetos de los que se desconoce su procedencia. De hecho, los investigadores acudieron a los lugares donde habían tenido lugar los robos tratando de localizar a posibles víctimas y pegando carteles en los que se informaba de lo sucedido. En estos pasquines se invitaba a los posibles perjudicados a presentarse en dependencias policiales para que les fueran mostrados los objetos en cuestión. l