Detenidos dos hombres por robar al despiste en una joyería de Os Mallos

Dos sujetos, de 30 y 26 años, fueron detenidos el pasado martes como sospechosos del robo en una joyería de la calle Oidor Gregorio Tovar, en Os Mallos, el 28 de mayo. Los investigadores de la Policía Nacional consideran que fueron ellos los que, aprovechando un despiste del dueño, consiguieron hacerse con varias joyas antes de darse a la fuga.
Según la Jefatura Superior, los hechos tuvieron lugar sobre las 19.45 horas del día 28 de mayo, cuando uno de los sospechoso accedió al establecimiento y preguntó a la persona que estaba detrás del mostrador, que resultó ser la mujer del dueño, por diversos modelos de sellos y solitarios para hombre. La dependienta, como es lógico, le mostró varios estuches con el género requerido pero, en un momento determinado, se dio cuenta de que el cliente se había guardado uno de los solitarios en el bolsillo. 
Sin amilanarse, la dueña le exigió que devolviera lo que había robado. Curiosamente, el hombre no solo no negó que acababa de robar algo, sino que accedió a devolverlo y se marchó sin más incidentes. Parecía que todo había concluido, pero cuando la mujer revisó todas joyas que se encontraban en el mostrador, descubrió que faltaban cuatro sellos de oro y un reloj, por un valor conjunto de 1.800 euros, así que inmediatamente alertó a la Policía de lo que acababa de ocurrir. 

Distracción
Los agentes iniciaron la investigación de los hechos, que se vio facilitada por las grabaciones de seguridad con las que contaba el establecimiento. Tras varias pesquisas pudieron verificar la identidad de la persona que había sustraído las joyas. Además, se pudo determinar que tenía un cómplice, porque minutos antes había entrado otro hombre en la tienda, un “cliente” que había conseguido que el dueño de la joyería, César Junco, saliera al escaparate con el pretexto de ver unas placas grabadas. De esa manera, consiguió que su amigo se quedara más solo para cometer el delito. Resultó que los dos tenían antecedentes policiales por delitos de esta índole.
El dueño del establecimiento    visionó lo ocurrido en las cámaras de grabación y tuvo que admitir que el sujeto era un profesional: “Si no estabas muy atento, no lo veías. Usaba el meñique de una mano para llevarse el anillo, se notaba que era una persona que estaba acostumbrada”. En realidad, el joyero sospecha que solo le interesaban los solitarios, pero como se dio la casualidad que sobre el mostrador se encontraba un reloj valioso, también aprovechó para llevárselo. Lo que no sabía entonces Junco, porque los investigadores lo descubrieron después, es que el otro cliente era un cómplice. 
Después de lo que había ocurrido, la Policía hizo una ronda por las joyerías cercanas para advertir a los dueños de que tuvieran cuidado con el sujeto. “Por aquí pasó un sujeto, pero no le quité la vista de encima y se marchó”, comentó una joyera. 
Tras lograr arrestarles después de un mes tras su paradero, los agentes consiguieron recuperar varios de los efectos sustraídos.