Las desapariciones de menores se mantienen a pesar del coronavirus

Las desapariciones de menores se mantienen a pesar del coronavirus
Una manifestación por Yago de la Puente se celebró en julio en la plaza de Pontevedra | pedro puig

Durante este año, los coruñeses han tenido que quedarse en casa más de lo habitual. Pero eso no significa que no se les haya echado en falta, porque el Grupo de Delitos contra las Personas de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil sigue investigando desapariciones en la provincia, como cada año. Pero en 2020 el número de adultos desaparecidos se ha desplomado, mientras que el de menores se redujo mucho menos. 

Este año se solucionó un caso de desaparición famoso, el del coruñés de 28 años Yago de la Puente, cuando la Guardia Civil confirmó que los restos óseos encontrados en el municipio ferrolano de Cerdido eran los suyos. Llevaba desaparecido desde el 14 de julio de 2019 tras acudir al festival de Ortigueira. Afortunadamente, la gran mayoría de los casos acaban mejor. 

Según los datos recopilados a primeros de septiembre, fueron cerca de 80 los casos de mayores y 60 los de menores el año pasado y cerca de40 los de mayores y 50 menores en lo que va de año, pero hay que tener en cuenta que faltan tres meses para que acabe el año y tener los datos definitivos. Por otro lado, los agentes encargados de esta clase de casos apuntan que en personas mayores de edad es poca la reincidencia. En cambio, los menores tienden a repetir la escapada, lo quizá explique el diferente comportamiento de las cifras de ambos grupos. 

También son distintas las razones de la desaparición. en personas de edad avanzada se suelen dar trastornos neurocognitivos, adultos con trastornos de ansiedad /depresiones, desapariciones involuntarias por accidentes, tanto en mar como tierra y las que están vinculadas a hechos delictivos (secuestros, agresión sexual etc). 

Por estudios o por amor 
En cuanto a los menores, la Guardia Civil los divide en aquellos que viven con su familia y que se fugan de casa por un problema en concreto “habitualmente relacionado con estudios o relaciones sentimentales”. Este el caso más habitual, pero también hay que señalar el de los internos en centros que, a menudo se escapan solos o en compañía de otros menores. Sin embargo,  no suelen llegar muy lejos. Sobre todo, porque la falta de dinero les impide viajar o buscar alojamiento. Además, como hacen uso a menudo de las redes sociales, los guardias civiles pueden localizarlos más rápidamente. 

En el caso de los más mayores, también impiden que se alejen demasiado sus problemas físicos, aunque puede ser difícil dar con ellos en terrenos rurales. Igual ocurre en algunas de las desapariciones, tanto voluntarias (suicidios) como involuntarias.

Las desapariciones de menores se mantienen a pesar del coronavirus

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