Las denuncias de la Policía Local se desploman a menos de la mitad

Cuando llegó el día 5, más de sesenta policías locales se acogieron la baja por enfermedad. Todavía no está clara la naturaleza de la pandemia que diezmó las filas del cuerpo municipal, aunque se sabe que ya se ha reincorporado la mayoría, así que podría tratarse de un virus de 24 horas. Pero incluso con la casi totalidad de la plantilla de vuelta, el nivel de actividad no ha vuelto a ser el mismo que hace una semanas y Manuel Aceña, presidente de la asociación profesional de la Policía Local asegura que, como mínimo, el número de denuncias ha caído a menos de la mitad desde que, hace una semanas, se aprobó la llamada “huelga de bolis caídos”.
Alcoholemias, denuncias por ruidos, por venta ilegal ambulante... Todas se han desplomado. Aceña explica que los policías, simplemente, no sienten un “exceso de celo”, de manera que solo actúan cuando se está cometiendo una infracción obvia, como obstruir un vado o cuando se pone en peligro a la ciudadanía. “El malestar va mucho más allá de una baja de un día”, advirtió el representante policial.
 Javier Fontenla, que como Aceña, es delegado del CSI-CSIF, asegura que “nadie puede relacionar los problemas laborales con la baja, porque todos los agentes tienen su parte médico que lo corrobora”. Pero Aceña reconoce que “en muchas ocasiones, cuando un policía tiene un dolor o una molestia, lo ignora y va a trabajar”. En esta ocasión parece que no ha sido así, y debido a ello los policías nacionales tuvieron que cumplir las labores normalmente reservadas a la Policía Local, como acudir a los accidentes de tráfico y redactar los atestados. Fue una situación inédita que se dio el lunes y que tiene también que ver con la negativa de los municipales a realizar horas extra.

casi 900.000 euros
El motivo de la huelga no es otro que el dinero que adeuda el Ayuntamiento a los agentes municipales y que Fontenla cifra en  casi 900.000 euros, 3.000 por cabeza. Hace ya más de cuatro años que los policías llegaron a un acuerdo con el Ayuntamiento (entonces en manos del bipartito) para prorrogar la subida de sueldo que les correspondía por derecho, al haber ascendido en la escala funcionarial: unos 80 euros al mes. Sin embargo, les recortan el sueldo, como a todos los funcionarios, de acuerdo a su categoría.
Los agentes aceptaron esperar hace cuatro años. Sin embargo, en ese tiempo la crisis se agravó, se impuso la estabilidad presupuestaria y cuando se supo que para este año no estaba previsto en los gastos municipales el pago de la deuda, los policías estallaron. “Es cierto que todos los funcionarios han sufrido una rebaja salarial,  pero nadie está pagando más la crisis que nosotros”, protesta Fontenla.
En realidad, los policías están convencidos de que el problema es la falta de voluntad política.  La misma que ellos han dejado de poner en su trabajo.