La demanda estival en Alergología del Chuac subió un 200% por las velutinas

La demanda estival en Alergología del Chuac subió un 200% por las velutinas
Los bomberos retiran una media de cinco nidos de velutinas al día | javier alborés

Si el jefe de la sección de Alergología del Chuac, Antonio Parra, compara las consultas de este verano con las recibidas en 2017, estas últimas subieron, al menos, un 100%, sin que la temporada haya tocado su fin. Si sigue echando la vista atrás, calcula que las del año pasado ya fueron un 100% superiores a las de 2016, por lo que la unidad se enfrenta en los meses de calor a un aumento del 200% de la demanda con respecto a hace dos años. La culpa la tienen la proliferación de avispas asiáticas, que “no son más agresivas que las autóctonas”, pero de las que el país está infestado. Esto y los tres fallecidos en menos de un mes por mordeduras de este tipo de insectos causó mucha alarma entre la población coruñesa. Despertó los nervios de los que son alérgicos, pero que hasta ahora no le daban importancia o a los que, sin tener segura su inmunidad, recibieron una picadura y “tienen miedo escénico”. 
Es por ese motivo que el hospital estableció este mes consultas extraordinarias para dar salida a los pacientes y desde hace una semana está abierta una vía rápida para asistir en menos de 15 días a los casos más preocupantes: “Estamos saturados”. El doctor señala que más o menos la mitad de los que se acercan a la unidad son alérgicos diagnosticados hace tiempo, que leen titulares en la prensa y se asustan: “En su día lo comprobaron, pero rechazaron la vacuna y ahora se la quieren poner”. 
También los hay, apunta, que confunden un síncope con tener alergia a estos bichos, pero en general, “cuando les das información, la gente lo asume en su dimensión correcta”. Otra proporción se inquieta y “concibe la realidad de forma patológica”. Pero no es que las velutinas piquen más, aclara, “es que se han disparado” desde que hace diez años aparecieron las primeras en Francia y cruzaron la franja cantábrica. Parra cuenta que “el otro día me comentó el jefe de Bomberos y el técnico municipal que retiran una media de cinco nidos al día y no son los que más lo hacen”. Lo peligroso está cuando los heminópteros se sienten amenazados, “ahí es cuando atacan”. Por eso, el médico recomienda no moverse en exceso o quedarse quieto ante su presencia, lo contrario que lo que hacen muchos, “que de forma inconsciente se pelean con ellas”. Y es que los fallecimientos coinciden. Suelen responder al mismo perfil de personas propietarias de una finca que se ponen a desbrozarla y se encuentran con un nido debajo de las silvas o al podar un árbol. 
A los alérgicos, el doctor Parra les aconseja llevar siempre un kit de anafilaxia con antihistamínicos, corticoides y, lo más importante, adrenalina, para actuar nada más noten el pinchazo. Más allá de la reacción en la zona cero que a veces puede ser muy fuerte sin que esto signifique que la víctima sea alérgica, el doctor indica que uno se debe preocupar cuando aparezcan ronchas lejos de la mordedura o tenga picores genitales, plantares o en el cuero cabelludo y ya en los casos más fuertes, asma, dolor de barriga, dolor menstrual en las mujeres o “incluso mareos y pérdida de conocimiento”. Estos efectos secundarios suelen tardar entre diez y 15 minutos, de ahí que lo mejor sea llamar al 061 o acudir directamente a Urgencias. l

La demanda estival en Alergología del Chuac subió un 200% por las velutinas

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