Los delitos informáticos se dispararon un 34% debido a las ventas que acabaron en estafa

Una de las razones para el ascenso de la criminalidad en A Coruña la reveló el jefe superior de la Policía Nacional, Eusebio Fraguas, al informar de que se han disparado los delitos informáticos en la ciudad. En total, un 34,27%, según los datos de Interior, que no aparecen desglosados en su página web. “En la mayor parte de los casos se trata de compras de cosas que luego no llegan al cliente”, aclara Fraguas. Este dato vendría a indicar que los coruñeses son los gallegos que más adquisiciones realizan a través de la web.
Porque, ahora que las terminales móviles como Iphone o Tablet son de uso común, también lo es la compra venta on line y la Policía Nacional considera por tanto lógico que se incrementen esta clase de delitos. Lo que ya no resulta tan lógico es la falta de precauciones de los usuarios, que ha sido denunciada en varias ocasiones por las autoridades. “Somos muy confiados, y cada vez que llega un caso nuevo, me llevo las manos a la cabeza”, asegura Fraguas.
Entre los errores más frecuentes se encuentra la falta de precaución a la hora de dar los datos de la tarjeta de crédito, de manera que se hacen con los datos personales de la víctima sin dificultades. Fraguas recuerda que perseguir estos delitos puede llevar a los policías a seguir pistas que conducen a otros países, “porque lo normal es que los delincuentes utilicen servidores localizados en el extranjero”, de manera que muchos de estos casos resultan muy difíciles de investigar y de esclarecer.

variedad
Pero las ventas fraudulentas no son los únicos delitos informáticos que tiene que investigar la Policía, porque existe una amplia variedad: pornografía infantil, “grooming” (relaciones eróticas on line con un menor), ciberacoso... Disminuyó de forma significativa el “phishing”, que consiste en enviar correos fraudulentos para “pescar” claves bancarias.
En cambio, otros delitos suben, como el de los “muleros”: reciben una falsa oferta de trabajo que consiste en mover dinero (que resulta ser robado) hasta su cuenta y luego enviarlo por correo ordinario. Los implicados suelen ser parados y gente castigada por la crisis económica.