“El debate que se ha abierto desde Pontevedra es de protagonismos en la CEG”

“El debate que se ha abierto desde Pontevedra es de protagonismos en la CEG”
El representante de la patronal pretende acercar posturas con las confederaciones de Pontevedra y Ourense quintana

A la hora de presentar su candidatura pesó más la preocupación por la continuidad de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) que el temor a la tensión interna. El resultado de las elecciones ha hecho que el empresario coruñés Antón Arias lidie ahora con el futuro de la patronal autonómica.

La Confederación estaba viviendo un momento muy tenso, sin cabeza visible, y de repente usted se pone al frente. ¿Por qué decide presentarse?
Me decido porque mi candidatura surge del debate dentro de la Confederación de Empresarios de A Coruña a propuesta de los compañeros del comité ejecutivo. Después de haber hecho un análisis se llega a la conclusión de que hay una necesidad de encarrilar esa situación de conflicto que venía padeciendo la CEG. La Confederación de Empresarios de Pontevedra hizo un planteamiento de suspender el período electoral y entrar en un período de interinidad para intentar buscar un candidato de consenso pero nosotros entendíamos que eso, probablemente, era abocar a la CEG a su extinción.

¿Era consciente de que no habría más candidatos al cargo?
Podía no haber de las confederaciones provinciales pero no había certeza de que no los fuese a haber por parte de las sectoriales. Incluso cualquier asociado con respaldo podía presentar una candidatura.
Finalmente es elegido presidente. ¿Cómo se encontró la Confederación por dentro?
Sabíamos que estaba bastante desorganizada y que había perdido un poco el rumbo de su objeto fundacional. Sabíamos que estaba carente de liderazgo y que había que rehacer algunas cuestiones como las de estructura organizativa. Todo esto había que reconstruirlo y pensamos que sería cuestión de ir tomando acuerdos e ir concretándolos.

Hasta el momento, ¿lo ha conseguido?
Todo eso se fue complicando desde el día siguiente a proclamarme presidente porque se empezó a notar una postura de bloqueo por parte de la organización provincial de Pontevedra. Esto ha dificultado que pudiésemos realizar los acuerdos que, de alguna forma, darían contenido al planteamiento programático que se expuso en la asamblea y que respaldaba la candidatura.

Esto le impide dar pasos adelante en su proyecto.
Está ralentizando que se viabilice la organización y, sobre todo, está provocando que tengamos que estar pagando un coste muy elevado a nivel de deterioro de imagen.

Tampoco ha contado con el apoyo de los empresarios de Ourense. ¿Ha recibido algún tipo de explicación?
Desde Pontevedra no me han dado ningún motivo que tenga fundamento en actuaciones que se deriven de la gestión del nuevo comité ejecutivo. Los motivos que se han esgrimido es que se había traicionado un pacto que yo no suscribí en ningún momento. Y los que asistieron a la reunión dicen que ese pacto de buscar un candidato de consenso no existió como tal. Después dijeron que la CEG no representa los intereses de los empresarios de Pontevedra.

¿Entienden que solo representa a A Coruña?
No, entienden que representa a toda Galicia menos a Pontevedra. Creo que es un argumento que carece del más mínimo fundamento porque no ha habido tiempo para demostrar si se están representando o no algunos intereses.

¿Qué les comentan desde Ourense?
Lo que se habló es que el modelo de la CEG no le sirve y es algo que me ha congratulado porque creí que tenían una postura en contra del comité ejecutivo actual y del presidente y, sin embargo, veo que de alguna manera compartimos el análisis. En mi discurso en la asamblea lo que expuse es que el modelo estaba agotado y que teníamos que cambiarlo.

¿Existe un enfrentamiento en términos territoriales norte-sur de Galicia?
Esa es una división artificial: la CEG no puede estar lidiando en un terreno que se defina por norte, sur, este u oeste. La CEG tiene que ser la organización de representación del empresariado gallego. Además es un planteamiento reduccionista, algunos puede que tengan interés en generar ese debate pero yo escapo de él. Más bien creo que el debate que se está planteando es de protagonismos, de quién tiene un mayor protagonismo dentro de la CEG.

Ha hablado de que necesitan un cambio estatutario. ¿Por qué y a qué nivel?
Los estatutos son fruto de una época determinada: ha pasado mucho tiempo, las cosas han cambiado y hay que darles una redacción acorde con el siglo en el que estamos. Con el paso del tiempo se ha demostrado que hay cuestiones que resultan inoperativas y hay que darle otra lectura. Por ejemplo habría que analizar todo aquello que hace referencia a la representatividad de los socios. También habría que tocar las cuestiones de carácter presupuestario, es decir, cómo se configura la participación económica de los distintos socios. Hay que redefinir las funciones y cometidos de los distintos órganos de gobierno. Menos el objeto de la CEG, hay que hacer una redefinición completa.

¿Está abierto a otras visiones?
Es una visión personal pero queremos someterlo a debate para que ahí se concrete de qué forma hay que actuar: si los aspectos son tan extensos como propongo o son más limitados.

Este sería, entonces, el paso más urgente.
Sí porque se está demostrando que la situación actual nos lleva a otras situaciones de bloqueo absurdo que, entiendo, no son beneficiosas ni para la organización ni para el conjunto de los asociados.

¿Tiene otras metas a medio y largo plazo?
Me gustaría poder crear una organización muy dinámica, viva y participativa en cuanto a que los socios se sientan involucrados. No queremos que acudan a la CEG solo cuando tengan un problema determinado sino que estén en constante participación y planteando inquietudes.

“El debate que se ha abierto desde Pontevedra es de protagonismos en la CEG”

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