De un artista que supo escribir con pincel

De un artista que supo escribir con pincel
la exposición está compuesta por cuadros cedidos por distintas entidades gallegas fotos: pedro puig

Eugenio Granell fue un escritor que pintaba y un pintor que escribía. Dice la comisaria Támmara Bescansa que es por eso que los títulos son clave para entender sus obras. Sin embargo, las palabras se cuelan igualmente en su pincel para hablar de la metamorfosis y esa obsesión de los surrealistas por cambiarle el sentido a las cosas.

La Fundación Novacaixagalicia abre desde ayer los ojos al espectador para que sea partícipe del pequeño universo de un genio que nació accidentalmente en A Coruña y que se hizo grande en el Caribe. La exposición “O espello do pintor. Eugenio Granell nas coleccións institucionais galegas” es un homenaje plural de todas las entidades que tienen un cachito de su trayectoria y que hoy lo quieren mostrar al público. Para que componga el puzzle de un hombre que fue poeta y novelista antes que pintor, que dio clases de literatura en Nueva York y que tocó el violín. Hasta que un día se topó por casualidad con André Breton. Un hecho que Granell definió como el más extraordinario de su vida.

granell formó parte de los grandes del género surrealista, con dalí y miró

A partir de ahí, la pintura de Eugenio comenzó a latir influenciada por Picasso. En Santo Domingo. El mismo continente al que escaparon otros como Duchamp y Max Ernst. La muestra permite caminar por su trayectoria desde que utilizó los paisajes para buscarse a sí mismo y los llamó “mágicos”.

El pintor se refugió en lugares que visitó de pequeño y también en parajes tropicales, de raza volcánica, que le dan a las composiciones un aspecto aparentemente abstracto. Sin embargo, la experta señala que Granell es fiel a lo que ve. Para irse hasta el ser humano y hacerlo protagonista en una siguiente etapa que Novacaixagalicia sitúa en los años 70. Cuando se doctora en Sociología.

Esto llevará directamente al curioso hasta el corazón de Granell. Donde pintar y escribir son la misma cosa. Y la mujer se abre paso para representar la libertad. Él se autoconfiesa sobre el lienzo. Allí profesa su fe al universo femenino. Al que venera. Para aliarse con los objetos en una especie de esculturas que Granell construye con materiales reciclados. Y que hacen libre al ojo para que piense lo que quiera.

Támmara explica que el creador comparte la misma capacidad que los niños y los locos ya que con sus obras permite pensar en muchas vidas al mismo tiempo. Que son las lecturas de quienes las observan. Para reservar un último apartado a sus grabados. Que aprendió a hacer con 83 años. Confirmando que el genio murió con las botas puestas. Para pasar el umbral y formar parte de los grandes del surrealismo junto a Dalí y Miró.

Colega de Breton y escritor a la vez que pintor, entidades como la propia Fundación Granell, la Xunta, el Consorcio de Santiago, la Diputación, La Fundación Jove, el Macuf y el Museo de Pontevedra, entre otras, suman hasta 71 obras. En una ocasión para conocerlas de cerca en visitas guiadas los miércoles y viernes, a las 19.00 horas. Y actividades para toda la familia durante octubre y noviembre. n

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