Cumplirá cuatro años tras confesar que distribuía vídeos de pornografía infantil

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m. pérez > a coruña

 El hombre que ayer se sentó en el banquillo de la sección segunda de la Audiencia, acusado de un delito de pornografía infantil será condenado finalmente a cuatro años de prisión. El imputado conoció su sentencia tras un pacto entre la defensa, a cargo del penalista José Ramón Sierra, y la acusación, que aceptó como atenuante el arrepentimiento y rebajó su petición de condena que inicialmente era de seis años.
La detención del procesado se originó con una investigación sobre pornografía infantil iniciada en Italia en el año 2009. La operación tenía por objetivo infiltrarse en una red de distribución de este material, pero una de las pistas llevó a la Policía hasta una dirección electrónica española. Tras averiguar los datos sobre el titular de la cuenta, se descubrió que se trataba de un vecino de Bergondo.

Pequeños > La unidad encargada de seguir el caso solicitó entonces una orden de registro de su vivienda para comprobar si el acusado tenía en su poder vídeos o fotografías ilegales. Descubrieron, tras varios registros e un ordenador y varios CD en los que se encontraban almacenados los archivos por los que el procesado mereció la condena. Al parecer, había imágenes en las que aparecían niños de entre cuatro y seis años que el imputado distribuía a través de la red gracias a un programa denominado Gigatribe y que empleaba además para intercambiar material similar con otras personas. A partir de entonces, desde el mes de julio del año pasado se encuentra en prisión provisional. Ayer se presentó ante la sala con la cabeza cubierta por una capucha y admitió haber cometido los delitos de los que se le acusaba.
Esta operación se suma a otras que las autoridades han llevado a cabo en la ciudad y el área metropolitana y que han acabado con varias personas detenidas y algunas finalmente en prisión. Se recuerda, por ejemplo, el caso de una persona de nacionalidad británica que residía en A Coruña, a la que, después de un seguimiento iniciado en Australia, se le descubrió material ilegal en su ordenador, lo que motivó su posterior detención.


 

Cumplirá cuatro años tras confesar que distribuía vídeos de pornografía infantil

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