Cruz Roja detecta un incremento en la demanda de familias de acogida

El año pasado fueron 45 y este año son 21. Cada vez son más menores los que los Servicios Sociales de la Xunta desvían al programa de acogimiento familiar de Cruz Roja y cada vez tardan más tiempo en marcharse. Desde la institución humanitaria están preocupados por la situación actual, porque actualmente no disponen de familias idóneas para que cuiden de estos menores, así que están en plena campaña para captar candidatos.  
Cristina Alles, responsable del proyecto, señaló que el número de niños acogidos en toda la provincia es de 81, aunque a lo largo del año se han llegado a acoger a 114, mientras que el número de familias inscritas en la red de Cruz Roja es de 117. Hay demasiada paridad. “Ahora mismo tenemos suficientes familias para  acoger a todos los menores, pero no son las adecuadas –explica Alles- sobre todo porque es una  cuestión a largo plazo”.
Se supone que el acogimiento se diferencia de la adopción en que el niño no pierde el contacto con su familia: sus padres le visitan y pasa tiempo con ellos, aunque viva con otras personas. Es sobre todo, una medida temporal para padres que están o bordean la exclusión social, que tienen que afrontar problemas graves como el alcoholismo o algún otro trastorno mezclado muy a menudo con el paro: no pueden mantener a sus hijos.
 Lo ideal es que consigan salir del bache y poder recuperar una vida normalizada con sus hijos. Pero no es tan fácil, sobre todo en un contexto de crisis que dificulta conseguir algo tan vital como un puesto de trabajo que les permita ser independientes.
Un acogimiento simple puede durar hasta dos años, pero las trabajadoras sociales de la institución humanitaria descubren, cada vez con más frecuencia, que ese es un plazo insuficiente. “Ahora buscamos gente que quiera quedarse con los niños durante muchos años, puede que hasta ser adultos”, dice Alles.