Crece un 35% la demanda del comedor de Padre Rubinos tras su reapertura

Crece un 35% la demanda del comedor de Padre Rubinos tras su reapertura
02 septiembre 2014 A Coruña.- La sede del Instituto Benéfico Social en los Rosales, el nuevo Padre Rubinos abrirá de manera oficial sus puertas mañana

Incluso en tiempos de recesión económica, las familias que tienen que vigilar con mucho cuidado el dinero para llegar a fin de mes suelen abandonar la sobriedad cuando llegan estas fiestas. Regalos y banquetes se convierten en una obligación con la que la sobriedad casa mal, pero hay muchos que no pueden permitirse ningún exceso ni siquiera una vez al año, como ocurre con los usuarios del refugio de Padre Rubinos, cuyo comedor sirve un 35% más de comidas desde que abrieron las nuevas instalaciones, según los cálculos de su directora, Silvia Valle.
Eso supone por término medio hasta 170 comidas diarias, a lo que hay que añadir unos 60 desayunos, como recuerda Valle. La institución benéfica, una de las de más raigambre en la ciudad, lleva desde septiembre realizando sus labores asistenciales en  su nueva localización de San Pedro de Visma, que desde el 7 de octubre se encuentran a pleno rendimiento. Sin embargo, la demanda para su comedor social les ha cogido desprevenidos incluso a ellos.

efecto llamada
Y no es que por falta de experiencia. Durante décadas, el Refugio de Padre Rubinos había mantenido el comedor benéfico en su antiguo local, con una cifra respetable de entre 130 almuerzos y cerca de 150 cenas, así que estaba preparados para atender ese mismo nivel de demanda cuando lo reabrieron en sus flamantes nuevas instalaciones donadas por la Fundación Amancio Ortega y que constaron 25 millones de euros. Pero entonces, empezaron a acudir más gente a partir de la segunda semana de octubre. A todos les extrañó, y en un principio creyeron que se trataba de una especie de efecto llamada.
“Como se había hablando tanto de las nuevas instalaciones, pensamos que la gente acudía en parte por eso”, explica Valle. Como es normal, las personas que sufren precariedad siempre se dirigen a donde encuentran una red asistencial fuerte, así que la explicación tenía sentido. “Poco después bajó un poco, pero ahora se ha estabilizado en estas cifras”, añadió la director de Padre Rubinos.
En este estado de cosas, la idea que cobra más fuerza ahora es la de una nueva oleada de personas que se encuentran en riesgo de exclusión social, lo que concuerda con otras instituciones que forman parte de la red de atención local y que aseguran que, a pesar de las noticias que hablan de una incipiente recuperación económica, la larga crisis todavía sigue cobrándose a sus víctimas, especialmente en colectivos como parados de larga duración o jóvenes desempleados que no cuentan con una familia que les apoye.
 Por ejemplo, el Banco de Alimentos, que ha tenido que aumentar el número de campañas de donaciones con las que satisfacer la demanda creciente de las ONG. Para muchos de los voluntarios y asistentes sociales que se encuentran en primera línea y atienden estos casos, los mejores deseos de 2015 chocan con una realidad que sigue siendo muy dura.

Crece un 35% la demanda del comedor de Padre Rubinos tras su reapertura

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