Los coruñeses se vuelcan en una prueba en la que el premio es participar

Los coruñeses se vuelcan en una prueba en la que el premio es participar
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Moverse por el autismo era el objetivo de la décimo novena edición de la Carrera Alternativa, que ayer congregó en la plaza de María Pita a alrededor de 4.000 personas. Los coruñeses, como en anteriores ocasiones, respondieron a la llamada de la Asociación Española de Deporte para Todos, organizadora del evento en colaboración con el Ayuntamiento y la Diputación de A Coruña, y dedicaron la mañana a apoyar la labor de Aspanaes (Asociación de Padres de Personas con Trastorno del Espectro Autista).
Poco después de las once, los asistentes al evento comenzaron una prueba en la que no había rival ni otro premio que la participación. Corriendo, en bici, con patines, sobre un patinete, en sillas de ruedas y empujando carritos de bebé. Todas las opciones eran válidas. Y como no era una competición sino una fiesta solidaria, había quien no paraba de sacar fotos o aprovechaba para pasear a su perro, atado al manillar de la bicicleta.
Los globos azules con el nombre de Apanes impreso recordaban constantemente el motivo por el que se tomaban ayer las calles del centro de la ciudad. Una carrera en la que participaron alrededor de 1.500 personas y que por primera vez fue realizando paradas para adaptarse al ritmo de los niños con autismo que participaban acompañados de sus familiares.
Los organizadores piensan ya en la próxima edición, la del veinte aniversario, para la que esperan poder articular una fiesta sin precedentes. Este año, la meta de la concienciación sobre la enfermedad está más que alcanzada.

Los coruñeses se vuelcan en una prueba en la que el premio es participar

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