Los coruñeses que luchan contra el Daesh

Los coruñeses que luchan contra el Daesh
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El 22 de octubre de 2014, el Congreso autorizó el despliegue en Irak de militares españoles en el marco de una Coalición Internacional liderada por Estados Unidos, formada por más de setenta países y amparada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Su misión: colaborar con la instrucción del Ejército iraquí, que lucha contra el Daesh, el autodenominado Estado Islámico.
Desde febrero, España mantiene un contingente de unos trescientos militares en Irak, apoyando en las labores de instrucción, en Bagdad, Taji y Besmayah. Aquí se encuentra la base “Gran Capitán” -con unos doscientos treinta efectivos que conviven con militares portugueses, británicos y norteamericanos-,  en la que prestan sus servicios los seis coruñeses que forman parte del grupo español: el comandante Javier Donesteve, el capitán Francisco Javier Santiso, el brigada Juan Cabo, el teniente médico José Díaz Valdés (los cuatro de A Coruña), el subteniente Fernando Espiñeira, de Betanzos, y el brigada Constantino Carpente, de Pontedeume. 

lejos de casa
El denominador común en estos seis coruñeses es su condición de “exiliados”. Los tres primeros son paracaidistas y residentes en Madrid, donde está la Brigada Paracaidista (Bripac) y los tres restantes son “agregados”: el teniente Valdés pertenece al Mando de Operaciones Especiales de Alicante y tanto el subteniente Espiñeira como el brigada Carpente, a la Agrupación de Apoyo Logístico 11, también ubicada en Madrid.
El capitán Fran Santiso y el brigada Juan Cabo son instructores del Ejército iraquí, y su jornada laboral transcurre entre los campos de tiro, el polígono de combate en población o en las aulas, impartiendo clases con la ayuda de un proyector, de unas láminas y por supuesto, un intérprete. “Los soldados iraquíes son espabilados, aprenden rápido” afirman. Santiso, forofo del Depor, entrena además al equipo de fútbol del batallón iraquí al que instruyen. Cabo, que es del Agra del Orzán, es corredor de fondo y prepara en sus ratos libres una carrera de 40 kilómetros “tradicional en la Brigada Paracaidista, en la que llevo veinte años, aunque voy a A Coruña siempre en vacaciones”.
El subteniente Espiñeira y el brigada Carpente están encuadrados en la Unidad Logística, y son responsables del sostenimiento de la operación, “de que no falte de nada: Munición, combustible, repuestos… la lista es larga”. Espiñeira, casado y con dos hijos, palia la “morriña” leyendo la prensa local coruñesa “que me mantiene informado de lo que pasa por allí; la leo a diario”. Carpente, por su parte, es forofo del Depor: “Procuro no perderme un partido, aunque a veces, con la diferencia horaria, es complicado, porque terminan muy tarde y hay que madrugar”. Añora “su” playa de Cabañas.

en forma
El teniente médico José Díaz Valdés sale de diario con su célula de estabilización (así se denomina al equipo compuesto por un médico, un enfermero y dos sanitarios en un ambulancia blindada) a dar cobertura a las actividades de instrucción. “Gracias a Dios no ha habido que intervenir para nada grave. Sólo ha habido algún caso de deshidratación, debido a las altísimas temperaturas, y en muy pocas ocasiones, dado el buen estado de forma del contingente”. Por la tarde pasa consulta en el “Role 1” (el botiquín de la base).
Todos se reúnen para ver los partidos del Depor, hablar de la tierra y tomar una cerveza, eso sí, “cero”, porque aquí el consumo de alcohol no está permitido.

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