Los coruñeses apuestan por las rebajas clásicas frente a las ofertas que se adelantan a julio

Los coruñeses apuestan por las rebajas clásicas frente a las ofertas que se adelantan a julio
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Les llaman liquidación de stocks, nuevos precios, bajada en “referencias seleccionadas” o “descuentos de verano hasta el 70%”. Los disimulan en etiquetas con el antes y el después en cada prenda, ofrecen la segunda unidad a mitad de precio o regalos por un gasto mínimo... o simplemente plantan los carteles de porcentajes en los cristales. Sin embargo, como dicen los más atrevidos es sus escaparates, A Coruña ya está en “rebajas” y en ellas entran incluso las farmacias.
Desde hace días los grandes y pequeños comercios de la ciudad intentan reducir los productos de sus estanterías a base de precios más competitivos. “Sin embargo no noto que haya una afluencia más significativa que el año pasado”, comenta el presidente de la Federación de Comercio de A Coruña, Miguel Agromayor. Para él “el consumidor no está concienciado con que hay rebajas ahora, sigue pensando en las de antes porque al haber ofertas todo el año se le confunde mucho”.
En su opinión es difícil luchar con las fechas que, durante décadas, se han grabado a fuego en la mente del cliente. De hecho, cree que “al final el comprador se dará cuenta de que las verdaderas rebajas son las de hace 30 años”, lo que hoy se conoce como últimas rebajas, “porque es cuando los precios están más bajos”.

el poder de arrastre
Pero mientras eso ocurre los negocios se sostienen como pueden. “Cada uno hace lo que quiere”, corrobora el presidente de la Asociación Zona Comercial Obelisco, Antonio Amor. Mientras, su homólogo en la calle Barcelona, José Manuel Castro, va más allá y asegura que el Gobierno los ha echado “a los perros para beneficiar a los grandes”.
En todo caso ninguno de los dos –a pie de calle de dos de las zonas más comerciales de A Coruña– ha notado demasiado movimiento pese a tanta promoción. “La gente mira pero solo lleva bolsas del súper y el que viene se queja porque otro ha puesto descuentos y tú no”, subraya Castro, que asume que “esta semana irán cayendo los demás establecimientos” por el poder de arrastre.
Para Amor los colgadores se mueven fundamentalmente en aquellas tiendas que mandan avisos vía email o por mensajes. “Otras tienen ventas puntuales pero tengo mis dudas de que a lo largo del año se cifre más con ese sistema”, dice. “Hay que hacer muchos números porque después de rebajar algo no puedes volver a ponerlo al precio original”, analiza, y advierte de que esta campaña de “limpieza de almacén” puede significar que aun vendiendo más se facture menos en los balances.

regreso a lo viejo
Con el panorama nada claro, el representante de la federación está convencido de que las fechas volverán a estar limitadas porque ahora se “perjudica” tanto al consumidor como al comerciante. Amor insiste en la misma idea puesto que “no se sabe quién estará de rebajas y quien no”.
“La libertad trae consigo estas cosas”, zanja Agromayor, que aún no tiene un cálculo de cuánto gastará cada ciudadano. Eso sí, estima que la facturación se mantendrá estable respecto al año pasado.

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