A Coruña y cuatro parroquias que hoy son barrios, las únicas con alta población

Solo las que están anexionadas desde hace tiempo a la ciudad presumen de sacar buena nota en el ranking de las parroquias más habitadas. De hecho, el Instituto Galego de Estatística (IGE) coloca a San Vicente de Elviña, Santa María de Oza, San Cristóbal das Viñas y San Pedro de Visma como Zonas Densamente Pobladas (ZDP), al igual que la propia urbe. Los municipios del área metropolitana, pese a ser unos privilegiados si se comparan con el resto que se alejan de los principales núcleos del país, tienen entre sus lindes lugares con índices bajos e incluso, superbajos. 
A medida que uno se distancia de los dominios de A Coruña, la tendencia es a la baja. Y es que una tercera línea de concellos como Vilarmaior, Irixoa, Aranga, Curtis o Vilasantar no se salvan de la quema y presentan un panorama desolador con poblaciones “superbajas”. 
Esto no hace más que confirmar una realidad que impera en los últimos años: el abandono masivo del rural. Tanto que los únicos puntos que no sacan mala nota son aquellos que funcionan de dormitorio para los que quieren estar a pie de Lavedra, sin gastar tanto dinero en alquileres o hipotecas. En Arteixo, el propio núcleo principal con todo su mapa de tiendas y servicios completo es uno de los escogidos para pasar los días sin sufrir achaques por los números rojos. 
En total son 22 los que presentan un nivel de población alta. Al de Arteixo, se le suma Pastoriza, Oseiro y Suevos, que compiten por ganar adeptos con O Burgo y Rutis. Cambre, Sigrás y O Temple arrastran a los coruñeses para invertir en su territorio junto a Betanzos, una ciudad que gusta. Oleiros es, sin duda, la segunda por la lista de las más deseadas para clavar las piquetas. 
Cinco de sus nueve parroquias tienen un alto número de vecinos. Son Perillo, Liáns, San Pedro de Nós, Dorneda y el propio Oleiros. En Sada, la villa concentra un porcentaje alto de habitantes, al igual que Mondego. 

eje atlántico
Y es que solo las siete ciudades más importantes y sus áreas metropolitanas, las comarcas del Barbanza, el Salnés, el Morrazo, cinco localidades de A Mariña y una docena de lugares más repartidos a lo largo de la geografía salen bien parados de un estudio que afirma que el 70% de la población gallega se concentra en un 6% de extensión. Esto es, el eje atlántico deja a sus orillas asentamientos grandes frente al éxodo generalizado del campo. El resto sufre un mal común hasta el punto que una vez que se traspasa Cambre y Oleiros, los municipios flaquean. Esto pasa en Miño, que a pesar de multiplicar su gente en verano, no llega al aprobado. 
Por otro lado, la única condición para salir del pozo, es decir, de una “superbaja” población es gozar de una ubicación idónea para conectar con Monte Alto.  Es el caso, por ejemplo, de Mondoi, que se escapa de tener un índice “superbajo” a registrarlo “bajo” por el hecho de estar en la parrilla de salida para incorporarse a la autopista. 
Un caso curioso es el de Betanzos, que concentra gran cantidad de personas en su regazo, mientras que las parroquias que le pertenecen están en horas bajas. Los Curtis, Aranga, Irixoa, Vilarmaior y Vilasantar padecen la misma epidemia de ver cómo los mayores cada vez son menos y los jóvenes miran hacia un horizonte de edificios altos. Lejos de lo verde.

A Coruña y cuatro parroquias que hoy son barrios, las únicas con alta población

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