A Coruña ocupó en 2015 un 2,6% del suelo residencial que se usó en 2014

El sector de la construcción no recupera. Los últimos datos del IGE (Instituto Galego de Estatística) sostienen que en 2015 se ocuparon tan solo en la ciudad 837 metros cuadrados de suelo residencial, un 2,6% del terreno usado para levantar viviendas en 2014, donde se utilizaron 31.005 metros cuadrados.
El estudio lleva a un descenso todavía más acusado si se echa la vista cinco años atrás, en 2005, cuando se solicitaron 60.442 metros cuadrados, el doble que hace cuatro, pero un 1% del que se usó en 2.000, en plena burbuja inmobiliaria, donde se superaron los 605.000. En el caso de la superficie no residencial, tanto en 2015 como en 2014 se emplearon cero metros cuadrados, a diferencia de los 1.817 de 2005 o los 99.344 de 2.000.
En cuanto a edificios, hace dos años el skyline de A Coruña contó con un bloque nada más, cinco florecieron el año anterior y 16 en 2.005. Las estadísticas hacen ver que la rehabilitación pasa por ser la salvación de las constructoras.
En concreto, se obtuvieron 18 permisos en 2015 para reformar bloques con previa demolición y 9, sin la necesidad de destruir lo anterior. A lo largo de este período, se pusieron a punto cinco locales y cuatro recibieron el “ok” para borrar sus propiedades.

Movimiento residencial
En este sentido, el movimiento es residencial, pero no de planta nueva. La obra pequeña está manteniendo al sector al pedir mucha mano de obra. Desde Aproinco (Asociación Provincial de Promotores Inmobiliarios de A Coruña), Juan José Yáñez, señaló en su momento que ampliar la ciudad no era excluyente de rehabilitarla.
Demoler y renovar, a la vez que estirar el skyline de la urbe hacia O Portiño y San Pedro de Visma son los objetivos para recuperarse de la crisis en un país de emancipación retardada.
Por otro lado, Yáñez advierte que la oferta de pisos viejos corresponde a menudo a inmuebles inhabitables: “En el Orzán por ejemplo, no tienen aislamiento térmico ni eficiencia energética.” porque si ya eran malos cuando se levantaron “hace 70 o 100 años, con el tiempo empeoran y solo se debe conservar lo que merezca la pena”. Es por eso que exige a la Xunta y Ayuntamiento que potencien al máximo la recuperación de edificios con una norma que revise los grados de protección que son elevados, según Yáñez.