A Coruña es la ciudad donde más agresiones a enfermeros se producen

A Coruña es la ciudad donde más agresiones a enfermeros se producen
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Todo el bienestar del paciente depende de ellos y, muchas veces, su malestar también recae en los que usan bata blanca, pero no se identifican. Son los enfermeros, encargados de sus cuidados, de administrar los tratamientos que decide el médico, de informarles a ellos y a sus familias y de ser un bastón donde apoyarse.
Por ser y estar todo el rato junto a los enfermos, son también los que reciben la mayoría de las agresiones físicas y de palabra que se registran en Atención Primaria y en los hospitales. Desde el sindicato de enfermería Satse denuncian la situación. Y es que estas son las denunciadas, pero detrás de estos números hay muchas más. A Coruña sobresale en el mapa por ser la ciudad donde se registraron más lesiones demandadas el año pasado.
Solo entre el Chuac, el Teresa Herrera, el Abente y Lago, Oza y el centro especializado de O Ventorrillo se dieron 50 agresiones, el 16% de las totales gallegas. En los centros de salud se repite una incidencia mayor con otras 26 más. En comparación con las demás capitales le sigue Vigo con 59.
En Santiago hubo 44 y en Ferrol, 38. Estas cifras del Sergas aúpan a la provincia como la que más enfermos increparon a los profesionales, hasta el punto de que si la ciudad suma el 25,4% de las siete urbes gallegas, acaparando más de la cuarta parte, a nivel provincial, la coruñesa acumula el 54% de los capítulos violentos, esto es, más de la mitad.
Pontevedra es la segunda con más casos, en concreto, tiene el 30% de una tarta donde Ourense y Lugo se quedan muy atrás con un 8,7% y un 6,4%, respectivamente. Si uno desglosa los totales coruñeses, la unidad de Urgencias del Chuac fue testigo de 21 episodios tensos. Solo Vigo presenta algo parecido con once acaecidos en el hospital Álvaro Cunqueiro. Otro de los puntos más conflictivos es el centro de Primaria de Cariño (A Coruña) con trece agresiones, mientras que nueve sufrieron los enfermeros del centro de salud Rosalía de Castro en Vigo; y siete, en una de las dependencias del psiquiátrico de Conxo. Además de las 21 de Urgencias, el Chuac fue escenario de otras quince más. Por su parte, el Abente y Lago sumó cinco en los doce meses, Oza, cuatro, y el Materno Infantil, otras cuatro. En el centro especializado de O Ventorillo se denunció solo una y en Primaria, otras tres más, que sumadas a trece repartidas entre las demás consultas de la ciudad llegan a las dieciséis.

Perfil
El perfil del agresor responde a un hombre –el 64,9% lo son– usuario y que no suele reincidir –el 76,9% no lo hace–. El tipo de violencia es verbal en un 61,6% de los casos y un 36,5% de los daños son causados por personas sin ningún trastorno conocido, la mayoría agitadas o desorientadas. El 16% de las confrontaciones se deben a estar disconformes con el tratamiento, un diez se revelan por la información recibida y otro diez por ciento salta por el trato. Desde Satse apuntan que el 28,4% de las embestidas se produjeron en las consultas y un 20,7%, en las habitaciones de los centros hospitalarios. En cuanto a los enfermeros afectados, un 77% fueron mujeres y, por categorías, los más expuestos a recibir agresiones son los ATS, que concentran un 29,4%. Por todo esto, el sindicato hace ver la vulnerabilidad de un sector para el que piden un traje de un color diferente: “Solo al doctor lo conocen por su nombre”. Para empezar, sostienen que lo primero es creérselo porque tienen “una autonomía de decisión en los cuidados” y muchas veces “ni se presentan”.
Al ser el doble y estar las 24 horas al día, aguantan el cabreo del que está encamado o en un centro de salud esperando su turno. Apuestan también por una enfermería de enlace entre Primaria y el hospital, como una especie de puente que se encargue de hacer un seguimiento. l

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