A Coruña es la cuarta ciudad española en la que más creció el robo en hogares

A Coruña vive inmersa en una nueva oleada de robos de pisos. Hasta 87 hogares coruñeses han sido saqueados entre enero y marzo de este año, según las estadísticas facilitadas por el Ministerio de Interior. Eso supone un incremento del 148% cuando se compara con el dato del mismo período del año anterior, pero la cifra resulta aún más alarmante si se tiene en cuenta que supera con mucho la media nacional de este fenómeno, de un 7,7%: A Coruña es la cuarta ciudad de España donde más se ha incrementado este tipo de robos. 
En efecto: solo dos municipios de la Comunidad de Madrid, Alcorcón (200%) Pozuelo de Alarcón (190%) superan las cifras de la, así como la ciudad de Soria, con otro 200%. En un principio, un incremento tan grande de los robos en la ciudad apuntaría a la actuación de una o más bandas itinerantes llegadas de fuera y que actúan sobre todo los fines de semana, conforme al modus operandi habitual en este tipo de delitos. 

detenciones
La última detención que se llevó a cabo por robo con fuerza en vivienda tuvo lugar el 21 de mayo, cuando un vecino alertó de que un sujeto había saltado la valla de una finca en Lugar de Cances. Una patrulla del 091 llegó inmediatamente al lugar, a tiempo para interceptar al sujeto y detenerle. Días antes, el 17 de abril,  otros dos hombres a los que se les atribuyen doce robos en la ciudad y el área metropolitana cayeron en manos de las autoridades cuando trataban de entrar en un domicilio de la calle de la Torre. Nuevamente, la llamada de un vecino fue decisiva, puesto que el testigo  sabía que los propietarios estaban ausentes ese fin de semana y que no debería haber nadie en la vivienda.
La tercera detención del trimestre tuvo lugar el 17 de enero: el sospechoso era un camerunés de 32 años, que había saltado la tapia de cuatro metros de alto para robar en un chalé de Ciudad Jardín. De nuevo fue un testigo el que descubrió al sujeto, y cuando la Policía llegó, trató de escapar por los tejados, y acabó rodeado en la cubierta de un centro escolar cercano, de donde fue bajado por los bomberos. Tenía en sus manos una caja metálica con alhajas y bisutería.
El hecho de que las detenciones se deban a avisos y no operativos pone el acento, según algunas voces de la Policía, en la escasez de agentes destinados a perseguir estos delito. La propia Jefatura Superior reconoce el valor de la colaboración ciudadana, pero fuentes policiales recuerdan que no está haciendo una labor de investigación: “Los robos suben por la insuficiencia de medios dedicados a combatir a los grupos organizados que se dedican a ello”.