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martes | 16 abril | 2024
Los carteles de “se alquila” son ya una imagen habitual en los locales comerciales de la ciudad, y, lejos de calmarse, la situación de urgencia en el circuito de comercialización se agranda cada vez más. Si en febrero del año pasado eran 1.000 los bajos comerciales en régimen de arrendamiento, ahora representan un 15% más, al ser 1.150 en la actualidad. Así lo indica el informe de febrero de locales vacíos en Galicia, realizado por la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein).
Fegein dice que la alta disponibilidad se debe a cierres, ya que la obra nueva es casi inexistente en la comunidad
La ciudad herculina es la segunda de las principales urbes gallegas que más bajos vacíos concentra, al representar el 14,47% de los 7.950 que hay en la comunidad gallega. A la cabeza se sitúa Vigo, que tiene 1.250 locales sin ocupar en alquiler. Le sigue Ourense, con 1.075. El resto de las grandes ciudades gallegas se encuentran a gran distancia de las tres primeras. Así, Santiago tiene 375 establecimientos vacíos; Lugo, 300; y Ferrol, 280. Según destaca el informe de Fegein, esta mayor oferta deja en evidencia la dificultad de los propietarios para asumir gastos, como el IBI, el gas, la luz y las tasas municipales. Pero no solo eso, la creciente disponibilidad de bajos supera los peores años de la crisis. Es decir, el número de cierres en los tres últimos años ha incrementado la bolsa en el circuito de comercialización.
La provincia de A Coruña
Por provincias, A Coruña es la que concentra una mayor cifra de bajos comerciales sin actividad, con 2.800. Por detrás se encuentra Pontevedra, con un total de 2.400. Ourense es la tercera, con 1.900, y Lugo la última, con 850. La Federación Galega de Empresas Inmobiliarias sostiene, además, que la bolsa disponible en Galicia se debe principalmente a los cierres, ya que los establecimientos de obra nueva son prácticamente inexistentes al no haber nuevas construcciones.
La mayoría de las operaciones en locales las aglutina la hostelería la restauración, el textil y las actividades de alimentación. Desde Fegein resaltan que las calles céntricas de todas las urbes gallegas están tomadas por grandes marcas o franquicias, desplazando el comercio tradicional.
