Consumo ha recibido 186 reclamaciones de los afectados por la ruta de Nochevieja

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 abel peña> a coruña
  Diez días después, continúan las consecuencias de una Nochevieja marcada por la polémica. Entonces cientos de menores  vieron su fiesta frustrada después de que compraran entradas para una ruta con discotecas a las que no pudieron acceder precisamente por no tener los 18 años. De momento, la Consellería de Turismo, de la que depende Consumo, contabiliza 186 reclamaciones por este motivo, de las que noventa fueron entregadas ayer por un grupo de cuatro mujeres, madres todas ellas de menores que tuvieron que permanecer fuera de las discotecas durante la madrugada de fin de año. Su portavoz, Beatriz Calviño, explicó que habían estado recogiendo todas las reclamaciones durante la semana pasada y que habían aguardado hasta ayer para llevarlas a las oficinas de Nuevos Ministerios de forma conjunta.
“Esperamos volver cuando tengamos más reclamaciones”, anunció Calviño, que recordó que tenían todavía varias semanas de plazo. Así se lo había recordado la delegada territorial de la Xunta Belén do Campo tras la reunión que había mantenido el miércoles pasado con el teniente de alcalde, Julio Flores, en ese mismo edificio. Do Campo había explicado entonces que la ley daba un plazo de dos meses a todos los que lo desearan para presentar sus reclamaciones, tanto en el edificio de la Xunta en Monelos como la oficina de Consumo que mantiene abierta al público el Ayuntamiento en la plaza de A Palloza.
Los afectados esperan que estas reclamaciones, que se adjuntarán al resto de la documentación de un expediente único que investigará el caso, contribuyan a aclarar qué es lo que ocurrió en la noche de fin de año: mientras que los menores y sus madres consideran que se les estafó, dado que pagaron 40 euros por unas entradas en las que no se especificaba que eran menores de edad, los hosteleros señalan que no hicieron más que cumplir con la legalidad al no permitir el acceso a las discotecas  a clientes que no tenían 18 años. Todo se complica aún más porque los organizadores de la fiesta, unos estudiantes universitarios, la llevaron a cabo de forma irregular, sin constituir en empresa ni darse de alta en el correspondiente registro.  

Alcohol > Los hosteleros también han reprochado a los padres de los menores que apoyaran a éstos en sus protestas ante las puertas de los locales sabiendo que era ilegal y que en el interior, además, se servían bebidas alcohólicas. Uno de los tres locales implicados, una cafetería, había retirado el licor al saber que iban a acudir muchos clientes de menos de 18 años y, aún así, recibieron varias docenas de llamadas de padres exigiendo que se les devolviera el importe de las entradas.
Para Calviño, la polémica sobre el alcohol y los menores no es más que una maniobra para evitar el verdadero problema, que es la irresponsabilidad de los hosteleros al haber alquilado sus locales de manera irregular a unos jóvenes sin experiencia. “No es cierto que protestemos porque no hayan dejado a nuestros hijos beber, nosotros pagamos por lo que creíamos iba a ser una fiesta privada para menores”, insistió la portavoz.
De momento, las autoridades anunciaron la apertura de un expediente que, en otras cosas, investigará si se han declarado a Hacienda los cerca de 160.000 euros que se supone es el beneficio en bruto procedente de la venta de entradas.

Consumo ha recibido 186 reclamaciones de los afectados por la ruta de Nochevieja

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