Condenado a tres años tras encontrarse en su casa 250 gramos de marihuana

Para justificar la aparición de dos balanzas de precisión, una en su piso y otra en el de sus padres, el hombre llevado a juicio a la Audiencia a principios de mes por tráfico de droga se escudó en un supuesto negocio de compraventa de oro. Pero, tal como se reseña en la sentencia que le impone tres años de cárcel por venta de estupefacientes, el hecho de que en ninguna de las escuchas a las que fue sometido se mencionase la actividad y sí, aunque veladas, otras ilegales lleva al tribunal a concluir que la compra de oro no es más que una excusa defensiva.

Los pinchazos telefónicos, que se iniciaron a finales del año pasado al tener indicios la Policía de su implicación en negocios turbios, revelaron ciertas actividades relacionadas con la droga, que después se confirmarían en dos registros domiciliarios donde aparecerían las básculas. En el de Arteixo, en el domicilio del acusado, se detectó una bolsa con 256 gramos de marihuana en cogollos, además de una de los dispositivos y 1.300 euros, mientras que en el piso de A Coruña, dentro de una caja de seguridad, se requisó una pequeña cantidad de cocaína, otra balanza y una libreta con anotaciones relacionadas, según el tribunal, con la venta de droga.

Tal como se pone de manifiesto en la sentencia contra él, los hallazgos confirmaron las sospechas que despertaban las conversaciones telefónicas, que hablaban en clave de intercambiar “ruedas”, “ropa” o “botellas”.

Condenado a tres años tras encontrarse en su casa 250 gramos de marihuana

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