Condenado a 13 años por violar a su hijastra tras atarla y amordazarla

Demasiado elaborado para ser un montaje resulta, a ojos de la Audiencia Provincial, el relato con el que una adolescente residente en Arteixo describió a finales del pasado año al tribunal de la sección segunda una violación a manos de su padrastro. Por ella, el hombre acaba de ser condenado a 13 años de cárcel, al considerar los magistrados que los detalles de cómo ató de pies y manos a la menor a la cama de su dormitorio o cómo la amordazó valiéndose de un guante y cinta aislante se ajustan a la realidad, al estar avalados por numerosas evidencias obtenidas durante la investigación.
La sentencia, que condena al acusado por un delito de agresión sexual perpetrado con violencia e intimidación y agravado por la relación de parentesco y superioridad del agresor sobre la víctima, menciona como ejemplo los cinturones de albornoz que la Policía halló en los cabeceros de la cama de la menor, la mancha de sangre del somier con ADN de los dos o el guante con restos de sangre de la perjudicada, recogido también en el cuarto.
Estos detalles, unidos a otros como la lesión que presentaba el sospechoso en un dedo al ser detenido, compatible con el mordisco que la joven dijo haberle asestado, las rojeces que tenía ella en las muñecas cuando acudió a pedir auxilio o los restos de semen que se le detectaron en el reconocimiento médico al que fue sometida llevan al tribunal al convencimiento de que el encuentro sexual fue forzado.

planificado
Con esta conclusión, la Audiencia echa por tierra los argumentos de la defensa, que reconocía el contacto físico entre el acusado y la hija adolescente de su pareja, pero lo calificaba de consentido e incluso planificado, dando a entender que la denuncia se basaba en un “montaje” derivado del arrepentimiento de la menor ante la relación.
En su declaración, el hombre sentado en el banquillo admitió que en aquella tarde de mayo del 2009 tuvo contacto sexual con su hijastra pero negó que hubiera ejercido la violencia sobre ella. Incluso, y tal como se hace constar en la resolución judicial, su defensa llegó a vincular el día en que ocurrieron los hechos con una planificación previa por parte de ambos, al ser aquel el único de la semana en que la madre de la víctima se encontraba fuera de casa. No obstante, lejos de aceptar esta interpretación, los jueces estiman que la tesis de un montaje resulta “totalmente carente de fundamento”, dado que implicaría que la denunciante mintió, implicó a varios testigos en la mentira y, además, manipuló las pruebas y la escena para “simular la realidad acaecida”.
Frente a esta posibilidad, el tribunal otorga mayor credibilidad a la víctima, cuya verosimilitud amparan varios informes psicológicos, y aceptando su versión de los hechos le concede una indemnización de 12.000 euros y una orden de protección vigente durante 20 años.

Condenado a 13 años por violar a su hijastra tras atarla y amordazarla

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