Condenada por comprar a crédito con las tarjetas de una clienta

  La juventud de la acusada, veinteañera, y sus responsabilidades familiares “acuciantes”, por ser madre de un niño de corta edad, sirven al tribunal de la sección primera de la Audiencia Provincial para contextualizar la estafa que la pasada semana reconoció ante los magistrados una empleada de un servicio de captación de clientes para una entidad bancaria. La joven se dedicaba a formalizar solicitudes de tarjetas de crédito desde un stand en un centro comercial de la ciudad y ese fue el cauce que utilizó para perpetrar en el año 2006 un fraude contra una de sus clientas y la propia entidad financiera.

Según recoge como hecho probado la sentencia, la empleada cubrió los datos de una solicitud para dos tarjetas con los de la clienta pero, una vez que obtuvo su firma, hizo constar su propio domicilio, de manera que las tarjetas, y también los pines de activación, le llegaron a casa.

Es así como, haciéndose pasar por la titular, en las semanas siguientes comenzó a utilizar estos documentos para realizar reintegros en cajeros automáticos y compras a crédito a través de internet.

En mes y medio, consumió del crédito que permitía la entidad bancaria 5.389 euros, que quedaron pendientes de pago, si bien la resolución explicita que por el uso fraudulento de esas tarjetas no se llegó a retirar ninguna cantidad de la cuenta a la que estaban asociadas, la de la clienta.

 La acusada, veinteañera, confesó que cometió la estafa porque necesitaba dinero para su bebé

 

“Apesadumbrada” > Con esa apreciación, el tribunal admite las alegaciones de la acusada, que cuando confesó, “apesadumbrada”, los hechos, aseguró que su intención no era perjudicar a ningún particular y se amparó en sus necesidades económicas, derivadas de su reciente maternidad.

En este sentido, la Audiencia considera acreditado que la clienta no sufrió perjuicios económicos, aunque sí molestias y pérdidas de horas de trabajo por tener que gestionar las reclamaciones oportunas. En consecuencia, el fallo establece el pago de una indemnización en su favor de 400 euros, más la devolución de los 5.389 euros al banco y una multa de 540 euros.

Condenada por comprar a crédito con las tarjetas de una clienta

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